PARRESHÍA

Cuatro acotaciones al General Secretario

Cuatro acotaciones al General Secretario

Foto Copyright: lfmopinion.com

Esperando no ser discernido.

“Quienes integramos las instituciones tenemos el compromiso de velar por la unión nacional y debemos discernir de aquellos que, con comentarios tendenciosos, generados por sus intereses y ambiciones personales, antes que los intereses nacionales, pretenden apartar a las Fuerzas Armadas de la confianza y respeto que deposita la ciudadanía”, dijo ayer el General secretario.

Cuatro acotaciones al margen:

El respeto se gana y no se deposita como en una caja fuerte, es algo que se renueva de momento a momento. Allí está Huerta para acreditarlo.

Las Fuerzas Armadas están para velar por la seguridad nacional, no por la unión nacional. La unidad se construye o destruye con palabra y hechos todos los días; el vocablo cuidar tiene un dejo insalvable de imponerla más que procurarla.


En qué artículo de la Constitución se atribuye al Ejército la facultad de discernir sobre lo que él considera comentarios tendenciosos y ambiciones personales. No serían acaso éstos, ejercicios ciudadanos legítimos de las libertades de pensamiento, expresión y participación política, consagradas constitucionalmente en democracia y República.

Y quién aparta a las Fuerzas Armadas de la confianza de los mexicanos. Más concretamente, quién las desnaturaliza hasta la ignominia.

#LFMOpinion
#Parreshia
#FuerzasArmadas

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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