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Un surrealismo ejemplar

Un surrealismo ejemplar

Foto Copyright: lfmopinion.com

Es cierto, el ambiente no da para abrazos, todos los días salen de las cloacas insultos y descalificaciones.

A partir de ideas freudianas, especialmente relacionadas con el psicoanálisis y los llamados ‘errores inconscientes’ o deslices que exponen deseos o verdaderos sentimientos del individuo, se desarrolló el Surrealismo, construyéndose una actitud vital que fomenta la creación dejando a un lado reglas y demás limitaciones de control racional.

En 1924, André Bretón, publicó en París (bien sur), el manifiesto surrealista con la participación, entre otros, de Max Ernst.

Entonces Chirico, Joan Miró, Tanguy, Giacometti, Magritte, Leonora Carrington, Frida Kahlo, Buñuel, entre otros, simpatizaron con el movimiento descrito y lo reflejaron inconscientemente.

Dalí, por ejemplo, aportó al surrealismo el llamado método ‘paranoico-crítico’, es decir, la mezcla de imágenes desarticuladas, creadas al azar, junto con otras claramente obsesivas, repetitivas, dominantes.

Incluso llegaron a experimentar con el hipnotismo para fomentar la creatividad y en busca de nuevos caminos.

En el extremo, se dice que lo surrealista es irracional, absurdo, como conducir en la obscuridad total.

Recuérdese la estrofa surrealista reconocida:

México, creo en ti
como en el vértice de un juramento.
Tu hueles a tragedia, tierra mía,
y sin embargo ríes demasiado,
acaso porque sabes que la risa
es la envoltura de un dolor callado
’.

El Credo lo escribió el bate López Méndez y yo lo recité, en parte, en los festivales escolares de los años sesenta.

Compárese la tragedia, la risa, el dolor …el silencio

Mientras más lágrimas arrancaba del auditorio, exagerando mis dotes histriónicos, más fuerte era el aplauso del respetable conmovido, en su mayor parte compuesto de maestros, compañeros alumnos y familiares.

Desde entonces llevo pegada en mi piel la noción de este México diferenciado, de muy ricos y de muy pobres, de discriminación y polarización. De blancos o medio blancos que mandan y de morenos o negros que obedecen.

Aprendí de los movimientos históricos de la Independencia, la Reforma y la Revolución, de sus enormes costos sociales y sus resultados, siempre limitados, muchos de beneficio popular para la construcción y modulación de nuestro presente.

Describí sus enormes avances y costosos retrocesos a lo largo del tiempo. Siempre limitados con el rostro surrealista de nuestra interpretación histórica oficial.

Muchos analizamos y proponemos qué hacer, cómo avanzar para consolidar el país moderno que queremos y por el que trabajamos todos los días, para lograr el progreso en paz, armonía y la mejora en la calidad de vida de todos los habitantes del país. Dos propósitos aún muy distantes de alcanzar.

El camino no ha sido fácil y tampoco ajeno a desviaciones y traiciones. Perdimos la mitad del territorio nacional, sufrimos temblores, hecatombes y guerras internas entre liberales y conservadores y hoy somos víctimas del crecimiento de la inseguridad y la violencia, de la proliferación de narcobandas y criminalidad ligada al mercado de drogadicción, su parafernalia y creciente demanda.

Vivimos una tensa división política e ideológica casi entre mitades. Desde mañaneras proMorena hasta la diaria crítica contraria por parte de la enorme mayoría de los informadores-manipuladores de la radio, la televisión, los periódicos tradicionales y las páginas digitales con surrealistas matices de odio entre ambos lados de los principales agentes participantes.

Habrá que recordar que hemos sido usufructuarios y víctimas de muy pocos buenos gobiernos, algunos regulares y la mayoría entre malos y pésimos. Hoy somos víctimas de la vieja polarización social, económica y política tradicional en nuestra historia.

Somos un país con sectores modernos de alta competitividad internacional y en general, subdesarrollado, dependiente y de altísima marginación en amplios sectores de la población y actividades económicas y sociales.

Somos un país de tradición hospitalaria para miles de migrantes en desgracia, desde antes de la Guerra Civil española, en las recurrentes crisis del cono sur y en el resto de América. Incluso en migraciones desde otras regiones del mundo más lejanas tanto en Europa, como en África y Asía, como las comunidades chinas, judías y sirio-libanesas.

Hoy hay colonias resguardadas y seguras de estadounidenses y canadienses en varias ciudades a lo largo del territorio nacional. Y también regiones enteras dominadas por narcobandas a pesar de la creciente militarización y despliegue de la Guardia Nacional.

A lo largo de nuestra vida independiente ha habido varías características, personajes y actitudes que nos definen como nación: la Virgen de Guadalupe y el guadalupanismo, a cuyo manto protector recurrimos en tiempos felices y tristes; el águila devorando a la serpiente del escudo nacional que identifica nuestro origen más remoto, la solidaridad familiar que establece vínculos de amor y apoyo, la rica comida regional, la ironía pueblerina que se expresa en versos que nos hacen reír de nuestra propia derrota, mitigando en forma surrealista el dolor, que contiene la voluntad de reírnos de nosotros mismos y especialmente de las autoridades a quienes culpamos de todos los males nacionales.

También ha sido definitiva nuestra ambivalente relación de amor-odio con nuestros vecinos del norte.

En esta ensalada de emociones, de realizaciones, ideas inconexas y sueños inalcanzables sobresale nuestro indiscutible primer lugar mundial, nuestra medalla de oro que logramos a ‘güevo’, diría Fox, como el país más surrealista del mundo.

Hicimos del surrealismo nuestra imagen y semejanza para explicarnos y perdonar nuestra conducta cotidiana.

Se cuenta que cuando Bretón visitó Veracruz dibujó en perspectiva una mesa a un carpintero local. Y con el reconocido eficiente trabajo del artesano-artista mexicano, recibió la mesa en forma idéntica al dibujo: muy bien pulida la madera y barnizada, con solo dos patas claramente identificadas como en el original.

Hoy el surrealismo casi religioso del espíritu nacional se expresa a diario: tanto han inflado a la candidata opositora que la señora X de Fox es ya Benita Juárez Gálvez. La señora Claudia es judía rusa. Marcelo ciudadano francés, Adán de Transilvania, y el expresidente Fox —que lo publicó— ya se rajó surrealistamente y dijo que el twitt no era suyo, que sólo lo ‘retuiteo’(sic).

El extremo es que hoy la señora precandidata panpriista y de los escombros de lo que queda del PRD, la flor mas bella del ejido, la señora X de Fox, ya es Benita Juárez Gálvez que, de vendedora de gelatinas será pronto, indefectiblemente, surrealistamente, la próxima presidenta nacional por irracional que parezca.

No hay pierde, cuenta con todo el apoyo de todos los detractores del régimen actual, la inacabable lana del señor X y el apoyo incondicional de los locutores dominantes de radio y televisión y de los periodistas y redactores de la prensa escrita y digital del país.

Es cierto, el ambiente no da para abrazos, todos los días salen de las cloacas insultos y descalificaciones.

Mientras tanto, las autoridades electorales surrealistamente prohíben la libertad de expresión de los hunos y los ostros. Y nadie les hace caso.

Así, presumen, se podría mitigar la contienda. O cuando menos sería más civilizada, sin tantas mentiras de reconocidos gurús, ni tantas mentadas ni retwitts del populacho.


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Arturo Martinez Caceres

Arturo Martinez Caceres

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