Una jornada de remembranza

Hay veces en la vida en que las horas del día son exactamente precisas para ser verdaderamente deliciosas. No falta nada ni sobra nada.

El clima es perfecto: agradable sin ser extremoso. Las flores florecen como las jóvenes adolescentes. Los milagros existen.

Hay días en que uno podría sacarse la lotería de haber comprado boleto. La vecina sonríe. El pájaro canta. Hay paz en la tierra.

Gracias a la magnificencia de mi primo Raya y su esposa Guille, en ocasión de vida y como expresión de alegría por los 95 años de vida de doña Mabelita, la veterana de la familia: la madre, hermana, tía, abuela, bisabuela ejemplar, nos reunimos casi un centenar de familiares en Puebla.

En las fotos se desdoblan las emociones y recuerdos para asir el tiempo pasado. Se escurren las frases con miel y aparecen imágenes de seres queridos aunque alguno dirá: ¡pura antigüedad!

Nos ponemos al día rápidamente de lo que cada uno hace, de los otros vivos y muertos. De los nietos. De los nuevos proyectos. Progresos y retrocesos.

Nos vemos reconociéndonos, por supuesto, ya no somos los mismos. Unos nos vemos afectados notoriamente por el ajetreo y el COVID que dejó huellas dolorosas, pero con la certeza de ser de los afortunados por haberlo superado. Unos vacunados otros no. Unos usaron máscara y ya nunca se la quitaron y otros la rechazaron.

Todos ponemos de nuestra parte para disfrutar, estar contentos y satisfechos. Hasta una prima querida notoriamente berrinchuda terminó sonriendo y hasta bailando.

Otro primo que a pesar de ser sesentón hizo uso de su notoria actitud infantil y no fue a Roma por la respuesta. Tuvo lo que se merece. Ojalá aprenda, nunca es tarde.

La comida y bebida ofrecida fue toda excelente gracias al arte poblano de los anfitriones y a su bonhomía y buen gusto en los maridajes. Son expertos en organización de eventos y reuniones profesionales. Son expertos afectuosísimos.

La música que nunca puede faltar, de mucho ambiente y armonía, sin ser obsesiva. Desde un DJ de canciones que no conocía, hasta un cantor de excelente voz y música moderna, un cuarteto de las antiguas ‘rolas’ de serenatas y un mariachi con Gil en un tradicional traje negro de charro listo para su debut profesional. Se cantó, entre otras muchas piezas, Sonora Querida, que nos gusta especialmente por ser una parte del origen familiar.

En efecto, nos reunimos familiares desde Tamaulipas, Sonora, Nuevo León, San Luis Potosí, Guanajuato, Veracruz, CdMex, Morelos, Guerrero, Oaxaca, Estado de México; California, y otros estados de la Unión Estadounidense y desde luego, la bella y moderna Puebla, sede oficial de este agradable fin de semana familiar, ejemplo de valores nacionales con una mezcla de grandes dolores a lo largo del tiempo y muchas mas alegrías, enormes, maravillosas, inolvidables experiencias. Exactamente como es la vida, por fortuna con saldos a favor, desde La Nona.

Los jóvenes jugaron sin parar y hasta imitaron la felicidad de sus mayores en la fiesta.

Cuando uno así lo decide, lo que no es realmente muy difícil, es importante hacer un alto en la rutina del camino, poner a un lado los problemas y lo rudo del trabajo diario, para invertir en uno mismo y alimentar el espíritu.

Hubo también una bendición respetuosa a todas las creencias en memoria de los que ya no están aquí y para agradecer la vida. Algunas primas se distinguieron ahí porque conocen de memoria la liturgia y todos los cantos que la acompañan. Las vi bailando en minifalda hace casi medio siglo.

Hubo un joven sobrino que se distinguió por pasar la fiesta leyendo, incluso entre tanto barullo. Es el verdadero progreso.

Y en tanto yo también disfruté este fin de semana con una visita adicional a Valquirico donde lamentablemente, no encontré a Pablo Hermoso de Mendoza, pero en cambio disfruté de una conversación sabrosa y enriquecedora y un buen chile en nogada con los tres colores de la bandera nacional.

A lo lejos, el viejo Goyo echó una cuantas fumarolas saludando nuestra fiesta y la mujer dormida que lo acompaña lo invitó una vez más a acurrucarse a su lado.

Agradecimos a todos su presencia, declaramos que la próxima sesión será en San Diego, en San Miguel de Allende o en la CdMex, aunque hubo muchos que expresamos hacer de Puebla la sede permanente

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