Impunidad y tolerancia
Foto Copyright: lfmopinion.com
Se definen como impunes los hechos presunta o probadamente criminales o abusivos y perjudiciales que no son castigados o corregidos en tiempo y forma, de acuerdo con la ley, los usos y costumbres, y las normas de conducta generalmente aceptadas que contribuyen al bienestar social.
En México se calcula que en 2022 ocurrieron casi 27 millones de delitos. De ellos, el 92.4% no se denunció o la autoridad responsable nunca inició una carpeta de investigación.
En nuestro país, de cada 100 delitos que se cometen, sólo 6.4 se denuncian. De cada 100 delitos denunciados, sólo 14 se resuelven. Por tanto, la probabilidad de que un delito cometido sea resuelto es tan sólo de 0.9%. (INEGI/2022).
De cada 100 homicidios que ocurrieron en el país entre 2016 y 2021, quedaron en total impunidad 93. (Impunidad Cero).
De acuerdo con lo anterior, México es un país donde prevalece la impunidad, donde prácticamente cada quien hace lo que quiere y puede, desde pasarse una luz roja, no pagar impuestos, robar, secuestrar hasta asesinar, todo se hace con impunidad.
Donde cobrar derechos de piso a comerciantes y productores, inundar de drogas escuelas y universidades, aislar comunidades enteras, desaparecer estudiantes como en Ayotzinapa, fortalecer a las narcobandas, golpear a maestras de primaria, recibir insultos por el color de la piel, por nuestras diversas creencias religiosas y preferencias de género o sexuales, todo se hace con impunidad.
Donde dedicarse al huachicoleo, al fraude, hacer de la migración un negocio y de los programas de bienestar otro, abusar de mujeres y niños son prácticas comunes toleradas.
¡Y no les pasa nada a los responsables criminales en la amplísima mayoría de los casos!
En otras palabras, frente a la impunidad se actúa con tolerancia; como si todo ello estuviera permitido, legalizado, normalizado. Aunque claro, dependiendo del sapo es la pedrada.
El muerto al hoyo, el criminal en jauja. Miles de acusados encarcelados con mas de 10 años o más sin sentencia ni defensa legal probatoria.
El Poder Judicial hecho un galimatías. A empellones da tumbos mientras, como se ha demostrado, los ministros y magistrados, jueces y funcionarios de apoyo, de la casta dorada, se dan vida de monarcas absolutos. Luises XVI hasta que caiga la guillotina.
¡Si tan siquiera rindieran buenas cuentas, aunque siguieran costando caro!
Impunidad es que el más famoso de los locutores, alumno de Jacobo, español naturalizado mexicano, celebre medio siglo manipulando información. Estupidizando a los radioescuchas con exageraciones y mentiras. Y sea sólo uno entre tantos, en total tolerancia, odiador profesional del famoso pejePresidente porque rinde cuentas a los y las X’s.
Impunidad es que se declare que los contratos de compra-venta y renta al gobierno de prisiones, hospitales, carreteras, puentes, manejo de basura, pavimentación, electrificación, construcción de escuelas, presas, etc. sean legales pero inmorales. Pareciera que no hay nada qué hacer para resarcir el daño, más que confiar en su buena voluntad, si acaso, para revender los bienes con su adecuada y legítima ganancia. Regresarlos al erario público.
Mientras tanto, a seguir pagando, aunque estemos convencidos de que se trata de transas. De robo a la Nación.
Impunidad es que los estudiantes no estudien como en Chihuahua, no tengan disponibles libros de texto gratuitos y existan huelgas magisteriales.
Impunidad son los fideicomisos de la Suprema Corte amasados con sobrantes presupuestados, que en lugar de regresar a la Tesorería de la Federación como marca la ley, se fueron sumando para el mantenimiento de las casas de los chipocludos ministros, magistrados y su séquito de empleados. Y demás gastos autodeterminados.
En realidad, todos los promotores y actores de casos de impunidad debieran de ser juzgados y, de probarse sus faltas, terminar en la cárcel.
Como varios exgobernadores, actuales gobernadores, presidentes municipales, diputados y senadores, expresidentes de la República y demás funcionarios públicos enriquecidos al amparo de la tolerancia.
Como por ejemplo, la condecoración al general Cienfuegos por sus años como director del Colegio Militar, tolerándose su manifiesta responsabilidad como Secretario encargado del despacho de la Defensa Nacional en el pasado sexenio cuando secuestraron y desaparecieron a 43 de la Normal de Iguala, y su probable vinculación con el narcotráfico. Eso se llama tolerancia aquí, en Guerrero y en los EUA.
Asimismo. la incapacidad para traer de Israel a Tomas Zerón y a Andrés Roemer, acusados por diversos delitos para ser juzgados y acaso sentenciados.
En estos y otros crímenes denunciados, el famoso pejePresidente se complace en anunciar que se hace lo posible, que se está investigando, lo que de tanto repetir a todas luces se llama impunidad y tolerancia.
Como los excesos en Baja California y manifiesta incapacidad de la gobernadora y de la alcaldesa de Tijuana, enfrentadas por diversas razones por Javier Bonilla, donde todos los días hay muertos y desaparecidos. Todos los días los grupos criminales actúan con absoluta impunidad y ambas responsables se confrontan en un duelo femenino modelo contra modelo. Como Pili y Mili, en Dos pistolas gemelas. Donde una de ellas ya confirmó que, si Morena quiere, le gustaría reelegirse.
De la ‘impunidad a la tolerancia hasta el cinismo’, debió ser el título de este escrito.
#LFMOpinion
#ProhibidoProhibir
#Impunidad
#Tolerancia
#Violencia
#Corrupcion
#Cinismo
#Mexico