Carta a la nuera de Fox
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México DF 21 de enero de 2003.
Sra. Paulina Rodríguez de Fox. Presente.-
Muy distinguida señora.- Ante todo, la expresión más cumplida de mis respetos hacia su persona, matrimonio, embarazo y vida privada.
Es la indebida e injusta utilización que de ellos se ha hecho lo que motiva estas, para mí, incómodas líneas. Verá Usted, la vida privada es eso, privada.
Todo totalitarismo nace de borrar la frontera que separa lo público de lo privado; por ello los funcionarios estatales y los medios de comunicación masiva son los primeros obligados a respetar dicha frontera y, tras de ella, las vidas privadas de los ciudadanos todos, incluidos sus familiares. Aunado a lo anterior, vivimos en una república democrática, representativa y popular, no en una monarquía; de allí que en nuestro sistema de gobierno la descendencia del titular del poder ejecutivo carezca de mayor significado que el que legítimamente pueda llenar para sus familiares y amistades cercanas.
Por ello, con Usted, me conduelo por la artera utilización de su persona, matrimonio, embarazo y expediente médico en una estratagema bajo y electorero para distraer la atención sobre los problemas nacionales y lanzar otra provocación política. Sólo una mente enferma puede ver en el ultrasonido de su vientre un póster político.
El producto de su amor que en Usted se gesta ha sido utilizado como pantalla para evitar discutir los temas que aquejan a México: economía, inseguridad, desempleo, campo, déficit en salud, narcotráfico, fracasos de los principales proyectos gubernamentales, ausencia de miras, parálisis gubernamental, vergüenzas en casa y en el extranjero, populismo, y una lista ad abundantiam.
Señora, siento decirle que han metido a su hijo, aún por nacer, en un pleito que es de exclusiva e indivisible responsabilidad del que indebida e injustamente lo metió y tras de él pretende escudarse. Su persona, vientre, matrimonio, embarazo, gestación y parto son propios de la privacidad de usted y su marido, y deben ser respetados por todos, con especial énfasis por los padres de los dos.
Mal si éstos interfieren en su privacidad; peor si con ella quieren medrar políticamente. Le reitero la seguridad de mi alta consideración y respeto, y le porfío mis condolencias por el abuso de que han sido objeto.
Luis Farías Mackey
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