Personalidad y preferencias electorales

Pues resulta que si hay una relación entre tu modo de ser y tus elecciones políticas, que, como es evidente, tu personalidad influye en tus decisiones.

Hay varios autores que han investigado esta relación desde el campo de la psicología política, como Theodore Adorno en su libro “La personalidad autoritaria” (1950), que encontró que los que eran autoritarios en su hogar, tendían a ser más conservadores y, a su vez, apoyar a los régimenes autoritarios.

También Jens-Peter Thomsen, un pionero de la psicología política, realizó una serie de estudios sobre la relación de la personalidad con las ideologías políticas. Y descubrió que una persona que tiene tendencia a ser más sociable y activa, es mucho más probable que no le afecten los cambios sociales y por ello apoye las propuestas progresistas. En cambio, los que sienten miedo al cambio y prefieren la seguridad de las cosas como ya están, se inclinan a defender a los partidos conservadores.

Me ha llamado la atención que las personalidades un tanto neuróticas, es decir las que son más ansiosas, estresadas, sensibles e irritables y una tendencia a ver la vida un tanto negativa, es mucho más probable que también apoyen a los partidos conservadores, pues le prometen estabilidad y más tranquilidad, que es lo que necesitan en compensación al mundo tenso en el que ya de por sí viven.

Ciertamente tienen que ver con el nivel de cultura y consciencia, pues entre más elevado sea su nivel, habrá muchas menos probabilidades de que admitan gobiernos dictatoriales o deficientes e injustos. Simplemente porque se dan inmediatamente cuenta de lo que esta pasando a su alrededor.

La personalidad puede jugar un papel muy importante a la hora de votar, muchas veces más a ella que a la propaganda y a los planes de gobierno.

Una personalidad tolerante y abierta a los cambios, puede ser más progresista y no le tema a los cambio, contrario a los que tienen más inseguridades y miedo a perder lo que tienen. Pues se van a inclinar más por los candidatos conservadores.

En el caso de México, es muy claro que los más arrojados, aventados, extrovertidos y que les gusta la firmeza de un líder que busque mejorar las cosas, van a elegir a Lopez Obrador y a su continuidad, además, por saber conectar con la gente, aunque es también probable que tanta frustración en los gobiernos anteriores y deseosos de un cambio urgente de políticas sociales anticorrupción, los haya hecho muy proclives a ser fieles seguidores al discurso de la 4T.

Son sólo generalizaciones sujetas a errores; pero es un hecho de que hay una relación entre tu personalidad y tu forma de ver la política, que seguramente va a influir en tu voto.

De allí la importancia de tener más consciencia del tipo de persona que eres y qué clase de visión tienes de la vida.

Entre más clara tengas las ideas y mejor estructurada tu cultura politica, va a resultar un voto más responsable. En cambio, los arrebatos de la neurosis, n la ceguera del voto de castigo, el azote de la rabia contra lo que te molesta, por pura carga emocional vas a atacar a los que piensan distinto a ti y a devaluar todo lo que no sea como tú quieres.

Es indispensable elevar la cultura política del pueblo mexicano, no nos podemos seguir quedando atrapados en la esclavitud de las bajas emociones y dejar que los políticos las manipulen y fomenten a su antojo.

Un sistema que promueva el blindaje necesario para proteger la mente de los electores de los profesionales de la manipulación y la propaganda tramposa y engañadora.

La democracia pide a gritos que salgamos de las mazmorra de las decisiones pasionales y de la guillotina popularecha llena de odio y sedienta de sangre.

La democracia sin una adecuada cultura cívica se expone a ser un rebaño, pastoreado por lobos rapaces disfrazados con pieles de puritanos pastores.

Un pueblo ha de madurar con la plenitud de consciencia de su personalidad, de su seguridad y claridad mental, en su entusiasmo por la verdad y una sana visión del mañana que queremos seguir construyendo.


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