LETRAS

La amistad duele

La amistad duele

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Los abismos distancian tanto como unen.

Aquella mañana, ateridos de frío, alrededor de nuestros cafés y piezas de pan preguntó por mi temblor de manos.

“Perdóname, pero el verdadero amigo tiene que decir lo que ve y piensa”, dijo en disculpa.

“Se llama temblor familiar, contesté, no es nada grave, sólo tengo que tomar mis medicinas con mayor disciplina. Aprecio tu preocupación”.

“La verdad, se apresuró a decir, es que, así como me ves, tengo muy pocos y verdaderos amigos”.

Confirmé entonces lo que siempre había sabido, a pesar de las distancias, por sobre de los años, más allá de las diferencias.

Por mi parte siempre ha sido un amigo impar. Mi afecto, respeto y cariño solo han aumentado a través de nuestros abismos. Porque los abismos distancian tanto como unen. La fisura es sólo los pliegues exteriores del infinito tocándose en sus extremos.

Pero bien dice Paoli: “No es extraño que la política aleje a los amigos y acerque a los enemigos". (Madrugando amanece; Paoli, Francisco; 1987).

La verdadera amistad se extraña. Cuando cajas obstaculizan la amistad y a la distancia se observa el extravío flagelado del amigo, el temblor no es familiar, es fraternal. No es de manos, es del alma.


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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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