PARRESHÍA

Terror en gobierno y partidos

Terror en gobierno y partidos

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No queremos verlo, pero los tenemos muertos de miedo.

No lo vemos, pero gobierno y partidos están muertos de miedo. Y no es por la inseguridad: nos temen a nosotros.

En estas elecciones no habrá voto de arrastre. En las del 18 el candidato presidencial arrastró a todos los demás tras de sí como cauda.

Hoy las condiciones son totalmente diferentes.

Las propias encuestas son incapaces de medir el humor ciudadano porque éste no termina por asentarse, de definirse. Lo que bulle hoy en México es aún indefinible e inmedible. Y eso los tiene al borde del pánico.

Estas elecciones no serán de arrastre, son de empuje, no se va a jalar desde arriba, se está irrumpiendo desde lo local.

Y en lo local sólo quedamos nosotros y nuestra circunstancia. Y uso las palabras de Ortega y Gasset porque, como bien lo dijo: si no resuelvo mi circunstancia no me salvo yo. Y nuestra circunstancia es nuestro particular entorno: nuestra localidad.

El sujeto principal de estas elecciones ya no fueron los candidatos, tampoco los partidos, menos los gobiernos en turno. Hoy se han invertido los papeles y los sentidos.

Estas elecciones se tratan de ti y de tu circunstancia. Desde ella hemos de construirlas.

Tu voto debe ser en favor de ti y desde tu localidad. No es un voto que entrega, sino que impone, que define, que ata, que demanda, que ordena.

Ha llegado el momento en que el poder tiene que aprender a obedecer.



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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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