El reino del terror

En la revolución francesa de 1789, hay un periodo de desajuste conocido históricamente como el ‘Reino del Terror’, donde se privilegiaron delaciones y acusaciones entre los diferentes grupos victoriosos que sustituyeron a la monarquía después de la muerte de Luis XVI y donde prevaleció el imperio de Madame Guillotine.

Tropas extranjeras acechaban ya las fronteras, la posible guerra contra Austria era factible en Europa y la trascendencia de la independencia de las colonias americanas de Inglaterra era una realidad. El mundo vivió otra mayúscula etapa de transformación y María Antonieta, a los 37 años de edad, con todo y su belleza y parsimonia, subió atada al cadalso. Muchas más víctimas inocentes ocurrieron.

Una nueva organización social y política sustituyó a la decadente monarquía de cuyos resabios quedan sólo algunas ridículas expresiones como en Gran Bretaña e infantiles representaciones en España, por ejemplo.

Entonces, a pesar de su enorme costo social, el progreso desde el Renacimiento se consolidó universalmente y París fue la capital del Siglo XIX como lo describe mi admirado Walter Benjamin, lamentablemente también sujeto a otra expresión del reino del terror en los prolegómenos de la Segunda guerra mundial.

En efecto, como característica de la contradicción cultural y civilizadora de nuestra sociedad, hemos padecido manifestaciones de terror en diversas épocas con distintas expresiones de horror.

Desde los campos de concentración nazis, al ghetto de Varsovia, los Gulags soviéticos, el exterminio de indígenas americanos, la persecución y muerte de grupos ajenos al dictador africano en turno, los excesos japoneses en Filipinas, las bombas atómicas estadounidenses en Hiroshima y Nagasaki… las múltiples manifestaciones teñidas de sangre del poder. Y hoy… en la Franja de Gaza, en la guerra de Ucrania y sus aliados occidentales contra Rusia y los otros forzados a su lado.

En México hay pueblos enteros dominados por criminales organizados en narcobandas, ante cuya influencia y capacidades dominantes, ni el Ejército, ni la Marina, ni la mentada y creciente Guardia Nacional, ni las otras autoridades federales, locales y estatales, parecen poder hacer nada, salvo tolerar, disfrazar, cerrar los ojos. Sumarse y sumergirse.

La inseguridad campea en muchas zonas del país sin que las autoridades cumplan su deber de garantizar la paz y el bienestar de los ciudadanos.

También en autopistas de paga y carreteras secundarias muchas veces mandan los criminales que asaltan, secuestran y matan.

De acuerdo a la prensa nacional, mayoritariamente manipuladora, pueblos enteros de Chiapas, Colima, Michoacán, Guerrero, Veracruz y otros estados, migran hacia el norte rumbo a los EUA y Canadá y en efecto, este fenómeno está ocurriendo aunque tal vez no en la magnitud y en el límite que chillan los locutores preferidos de otros sexenios cuando sus gritos sólo eran de abalanzas a sus cómplices, los mandones en turno.

En Tijuana, mi otra ciudad de adopción, la situación es un desastre y obvia la incapacidad dual de la gobernadora Marina del Pilar que ocupa su tiempo en retratarse en redes sociales junto a sus ‘encantadores’ hijos y la aún menos eficiente alcaldesa que padecemos, la señora Montserrat, que quiere reelegirse y que ocupa su tiempo en pleitos callejeros y en promover la ‘genial’ estrategia de los listones amarillos para controlar los cruces fronterizos, que lo único que hacen es encarecer las mordidas y favorecer a sus amigos, además de complicar los cruces de los normales.

Que siempre se jodan los demás es su motto, en tanto que el mercado de pases médicos se ha encarecido.

Hoy en día, en tiempos de elecciones en EUA, cuando las primarias en California son hasta el 5 de marzo y en noviembre será la gran confrontación esperada entre un candidato de edad avanzada y otro casi del mismo tiempo pero más juvenil y agresivo, aunque con acusaciones criminales que enfrentar, el ambiente está cada vez más caldeado y la gente dividida, aunque todos aparentemente coinciden en que la migración es responsable de todo el horror, desde las balaceras ‘at random’, el vandalismo de máquinas para votar hasta el creciente consumo de drogas especialmente de fentanilo y la degradación, el horror y la muerte que causan, hasta la creciente pobreza y el enorme costo de rentas y viviendas.

Desde luego, con una simplicidad arrogante se señala a México y al gobierno del famoso pejePresidente como los culpables de esta debacle social, del horror causado por esta etapa de migración y la incapacidad de los verdaderos responsables de la debacle.

Otra vez es el reino del terror para lograr beneficios personales o de grupos dominantes cuando, además, todos los candidatos prometen resolver el dilema: desde cerrar la frontera hasta enviar expediciones punitivas contra las narcobandas como en tiempos de Pancho Villa, pero ahora con asegurado éxito gracias a la nueva tecnología, a su fortaleza monetaria, financiera y capacidad militar; así como a la disposición y servidumbre del gobierno mexicano. Y desde luego limitar las extraordinarias ganancias de los constructores y apoyar unidades habitacionales al alcance de las mayorías.

Hay que decirlo otra vez: son las empresas de armamentos y sus aliados los principales interesados en promover las guerras, son los verdaderos promotores de los modernos tiempos de terror y los mercachifes de la codicia.

En tanto, hasta ahora, el gobierno de México, hace como que no entiende y como el cuento del avestruz, se divierte buscando aislarse con la cabeza sumergida en la arena. Las mañaneras, antes informativas, combativas, necesarias son hoy repetitivas, anacrónicas, en general lacrimosamente risibles.

Ante la inseguridad que crece, el gobierno, asimismo manifiesta su incapacidad para enfrentarla, a pesar de los nuevos aliados religiosos: curas, sacerdotes, monjas y demás, que son ahora los que organizan las negociaciones entre criminales, para que recen juntos por respetar las áreas de influencia delincuencial de cada uno de los interfectos en el reino del terror que, como es costumbre, sufren siempre los más pobres y desprotegidos.

En este ambiente contradictorio me buscaron quienes se sintieron agraviados por mi último artículo “Del plato a la boca…”. No hubo nada relevante que explicar, escribí la verdad, a tal grado que ella, a quien me referí expresamente hizo de su agresión un giro: tomó las cosas con sentido del humor y como si fuera una verdad de a kilo: dijo: ‘¿me dices que soy de edad madura…? No, yo soy orgullosamente una anciana’.

En otro momento se me había sugerido solicitar la certificación del condado de San Diego como traductor profesional. Sería un proceso, se me informó, que tendría que iniciar con una solicitud expresa de mi jefe actual.

En ese nivel burocrático ambivalente, el citado jefe me remitió con la jefa quien, desde luego, negó toda posibilidad de hacerlo pues, dijo, ya contaba el área con dos traductores certificados y tan tan, ya no hay nada más que hacer… su explicación es genial: “mira Arturo, yo soy la jefa, hablo tagalo (filipino) e inglés y no estoy certificada”. Tan tan de repris. Que se acabe el mundo y vivan San Juan Nepomuceno, Santa Rosa de Lima y San Lorenzo Ruiz santos patronos de las Filipinas, Manila y las bases gringas establecidas ahí.

Sin embargo, yo insisto: es mi propósito vital aprender, enseñar y escribir. Por ello estoy trabajando en un nuevo libro comparativo sobre la organización de las elecciones y el horror manipulador de los votantes en México y los EUA, un análisis de los intríngulis del poder, con la visón básica de mi experiencia en el IFE -INE de México- y en Registrar of Voters de San Diego CA, desde Site Manager hasta empleado en ‘Spanish lenguaje y en Vote for mail’. Espero terminar mi nuevo texto a analítico pronto y ponerlo a la disposición de Benma, mi editorial preferida, donde están publicados mis textos individuales únicos y en antologías los cuentos de detectives y ladrones y otros temas actuales de interés. Asimismo en la página electrónica lfmopinion.com, donde en la sección semanal de Prohibido prohibir pueden leerme, criticar o sugerir, lo que siempre agradezco.

Por lo pronto y como colofón, cabe recordar que la muerte eventualmente también acecha a los carceleros y verdugos, el reino del terror en Francia terminó oficialmente cuando la guillotina le cortó la cabeza al promotor Robespierre, llamado El Incorruptible.

Como dijera Galeano, ¿o Borges? ante las críticas por sus escritos de ininteligibles lectores “…I wonder” ¿qué sigue…? Y siguieron escribiendo, denunciando los campos de trabajo que parecen, para los no privilegiados, campos de sumisión y abuso. Y para los seleccionados, un club de mutuas alabanzas y componendas.


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