El Ruiseñor Mexicano

El Teatro es la representación escénica de la vida y la muerte. En el escenario, desde tiempos antiguos, se recrean historias, éxitos y fracasos. Es el arte de la conjunción: palabras, poesía, música, danza, canto, acrobacia… Se discurre sobre nuestro pasado, se recrea el presente y se ensueña el futuro. Se ama y se odia.

En el teatro se enseña, se educa, se amenaza, se explica, se justifica y se perdona.

Las mismas ceremonias religiosas están inspiradas en la representación teatral de la comedia y la tragedia y en tiempos modernos no hay sociedad que no refleje su diario quehacer, desde el absurdo hasta la construcción de la esperanza.

El teatro y los ‘treateros’ son esenciales para entender las causas sociales, los problemas emocionales, mitos, ambiciones y deseos de todos y cada uno de nosotros. De situaciones grotescas, ridículas y sublimes que son destacadas en nuestra calidad de homínidos racionales pensantes supuestamente ‘reinos de la creación’.

De tiempo en tiempo aparecen actores y actrices, cantantes, danzantes, músicos, directores de escena, tramoyistas, arreglistas, escritores, que son verdaderos y muy destacados artistas. Que elevan su actividad profesional más allá de la ‘normalidad’, del quehacer y nivel cotidiano, del promedio. Que nos dejan con la boca abierta de asombro y son un referente para siempre como la mejor representación artística que hemos visto y oído.

Es una seducción a nuestros sentidos y emociones.

Es una sacudida ideológica y de valores sociales.

A mediados del siglo XIX, nació en Mazatlán, en el Estado mexicano de Sinaloa, la soprano y compositora Ángela Peralta, conocida como el ‘Ruiseñor Mexicano’, conocida por la crítica europea como ‘Angela di voce e di nome ’, cuando actuó en la famosa La Scala de Milán, en mi ópera consentida, Lucía de Lammermoor.

Otros historiadores señalan a la CdMex como su lugar de nacimiento… yo prefiero para ella Mazatlán por su musicalidad, donde también fallece muy joven, antes de cumplir 40 años de edad .

Como si fuera ‘jettatura artística’, la vida angelical de esta cantante destacadísima transcurrió del éxito estruendoso a la desgracia. Cantó frente a emperadores y se contaron cientos de veces que el público arrobado la aplaudió con lágrimas y gritos de admiración.

Ángela casó con su primo hermano y en ‘artículo de mortis’ con su amante quien la acompañó en sus tres giras a Europa. Fue denostada por el Nigromante y después alabada al triunfo de la República, como si fuera un artículo de propaganda política entre conservadores y liberales.

Hoy en día, cuando la conversación política entre ambos grupos aún no concluye, se presentará los lunes del mes de mayo un homenaje a Ángela Peralta.

Las funciones serán los días 6, 13, 20 y 27 del presente mes de mayo a las 8 de la noche en la Sala Julián Carrillo, sede de Radio UNAM, en Adolfo Prieto 133, col Del Valle, delegación Benito Juárez, CdMEx.

Se podrá disfrutar el profesionalismo y trabajo artístico sobresalientes de Gilda Salinas (Dramaturgia), con la actuación de Fanny Sarfatti, bajo la dirección del conocido Mario Ficachi. Los tres son garantía de éxito en esta recreación escénica que habremos de disfrutar ampliamente.

A Fanny ya la conocemos y ha destacado como conductora en programas culturales de Canal 11de TV, ha sido maestra de Teatro, bailarina, directora y productora y destacadamente actriz en “ El Balcón de Golda” y “Dai/Basta” entre otras muchas obras teatrales. Recientemente se presentó en San Diego, CA, en una memorable actuación de “El Ángel de Varsovia”, de Tomás Ustusástegui, donde tuve el gusto de entregarle un par de ramos de flores, para ella y en memoria de Irena Sendler, enfermera polaca, que durante la Segunda Guerra Mundial salvó la vida a más de 1500 niños.

Gilda Salinas y Mario Ficachi son asimismo referentes de certidumbre y calidad profesional.

Enhorabuena a los tres.

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