México al revés

La llegada de la 4t a Palacio Nacional en el 2018, dio lugar para llenarse la boca y propagar su slogan: somos diferentes.

Los hechos y sus actos públicos les dieron ese sello distintivo en contraste con los gobiernos del PRI y del PAN, al mostrar una mayor hambruna de poder patrimonial.

En otras palabras, “todo lo que represente ejercicio público: es mío”.

Y bajo esa perspectiva el inquilino de Palacio impuso sus coordenadas de Poder.

A la corcholata la viste de presidenta con A.

A Ricardo Monreal y Adán Augusto López les da el rango de escuderos para cumplir con el plan C y lo que se ofrezca.

Al INE y al Tribunal Electoral los utiliza de mercachifles para legalizar sus sueños de rey de chocolate. Y,

Al partido, Morena, le pide, lealtad, a sus intereses, pero, además, mostrar una actitud pendenciera para confrontar al personaje o la institución que se le indique.

Situación que da lugar para que las "cucarachas, carguen a los elefantes".

Hoy está fábula la escriben los pejistas y sus obsequiosos morenos, para halagar al jefe.

Ergo

Una reforma judicial que va bajo el sustento de una tómbola, donde el truco está en exhibir y calumniar a los representantes del Poder Judicial, a fin de que el pueblo sabio exprese su apoyo a la decisión del jefe de limpiar todo lo que huela a PRIAN.

Esa tarea la hace sin ningún recato la dirigencia de Morena en sus asambleas estatales para denostar de manera pública al Poder Judicial.

Con un doble objetivo, no solamente de insultar, sino de incubar una narrativa en el pueblo sabio de que él es el protagonista central de esta renovación del Poder Judicial.

A fin de que se empate con el discurso de la presidenta con A de que se requieren: muchos Benito Juárez en esta nueva etapa del Poder Judicial.

Con el fin de generar una base social que defienda la reforma judicial ante cualquier embate que enfrente el gobierno de la presidenta con A, a partir del 21 de enero del 2025, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

Con esa mira de Poder, AMLO, sigue apostando para mantener una CNDH, sumisa y obsequiosa que no perturbe su "realidad" y siga prevaleciendo la ley de los otros datos.

La ratificación de la señora Rosario Piedra se enmarca en esa línea: mostrar un país, feliz y en paz.

Elegir otro perfil significaba no solamente perder el hilo de quién manda, sino de abrir la puerta al infortunio, en perjuicio del propio jefe, quien se ha empeñado a borrar lo que ponga en duda su estilo de gobernar.

En ese escenario la presidenta con A seguirá comiendo sapos, aunque no sea su dieta preferida.


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