La esperanza del nuevo milenio.
En el mundo, hace 20 años, diciembre de 1999, prevalecía la algarabía y el júbilo ante la llegada del nuevo milenio. La raza humana tenía esperanza fundada pues un nuevo milenio era sinónimo de cambio, de modernidad, de mejor calidad de vida. La esperanza que en unos cuantos días el planeta fuese diferente y por ende la raza humana. La perspectiva era esperanzadora.
Hoy estamos por cerrar la segunda década de este nuevo milenio y en un balance general que resuma lo acontecido en el ámbito político, económico, social, educativo y ambiental, diremos con facilidad y honestidad, que todo está peor.
Incluso al nivel de la individualidad del ser humano, que hoy, es menos humano. Así como por la depredación al planeta, que por nuestros hábitos de consumo y estilo de vida, hemos afectado de forma desmedida y pareciera que simplemente no pondremos un alto en el camino. La huella planetaria de la raza humana es ya la nueva calamidad del nuevo milenio, de esos 7 mil 444 millones de habitantes, unos más otros menos, pero todos contribuyendo sin excepción.
Y cuando el tiempo es corto, siendo el recurso más escaso, y aun viviendo en la utopía desde la perspectiva de los más depredadores, la conclusión es que se debe perseverar en los esfuerzos por detener esta hecatombe. Porque perseverar es la única opción para hacer la diferencia: elegir las formas y espacios adecuados, que como el tiempo también son escasos.
Las próximas tres décadas serán aún más difíciles, complejas y desesperanzadoras, a menos que la actitud de eso que se conoce como la raza humana sea diametralmente diferente – lo que plantea una mayor desesperanza.
Los mexicanos somos de los pueblos más fuertes del mundo, lo traemos como instinto distintivo e incluso en la genética. Así que podremos sobrevivir a condiciones difíciles que vendrán, aunque lo más conveniente es y será, asumir desde hoy a la Sustentabilidad Individual como guía y método, como filosofía de vida y para hacer solidaridad.
Ese podrá ser el mejor legado y la base para un mejor futuro de las generaciones que vendrán y, claro, para hacer a la raza humana verdaderamente humana.
A quienes me distinguieron leyendo los textos a lo largo de este año y medio les expreso mi más alta consideración; y a quienes me brindaron este espacio para compartir vivencias y puntos de vista.
A todos les deseo éxito en la vida y sobre todo, salud y felicidad.
Hoy debemos Salvar al Planeta.
Adiós.