Solapar
Qué tiempos aquellos dónde la presidenta con A le alzaba la mano y le expresaba su solidaridad al gobernador de Sinaloa, por el asunto del "Mayo" Zambada.
La pregunta salta, por qué, ¿su jefe la obligaba en las giras por la entidad, o su expresión era resultado de su compromiso por agarrar la pata indebida?
El punto es que "peca" aunque no quiera.
Ahora sus loas al gobernador las cambió por la frase: nos coordinamos para garantizar la paz a las familias sinaloenses.
Pero, también, la sonrisa y el abrazo afable lo cambió por un gesto adusto.
Hoy, el nombre Rubén Rocha le incomoda y le genera insomnio, ante la displicencia del gobernador con sus propios paisanos.
Situación que pone contra la pared a la señora con A al tener que estirar la liga para sostener al gobernador ante el hartazgo de los culiches.
Justificar su decisión con frases huecas: "yo no pongo, ni quito gobernadores", es una excusa simplona.
Asumir una actitud de medias tintas solamente gana tiempo, pero, agrava la irritación de los culiches frente a la autoridad.
Las manifestaciones públicas en la calle, en las oficinas de gobierno y en el estadio de béisbol, son el mejor ejemplo de que los culiches han perdido el miedo de confrontar al gobernador, ante su "valemadrismo" de ingobernabilidad que vive Sinaloa.
No entender esta crisis de imagen pública en torno a la figura del gobernador es comprar la frase de Rubén Rocha: "el pueblo te quita, no alguien que grita".
Ante tal escenario, a qué le apuesta la huésped de Palacio.
¿A la inercia y que se diluya la crisis de hartazgo social?
¿A qué los propios culiches hagan uso de la revocación de mandato para destituir a Rubén Rocha, como gobernador, y lavarse las manos?, o ¿qué la presidenta con A se vea obligada por la circunstancia que se vive con Trump, de entregar la cabeza del gobernador de Sinaloa como moneda de cambio, para mitigar la presión de los aranceles hacia México, a pesar del enojo de los morenitas y de su jefe?
Si la señora con A quiere visualizarse como presidente, la coyuntura de Sinaloa es su mejor coartada para dar ese paso por encima de su jefe.
La pregunta salta,¿ la señora con A tendrá la estatura de presidente que demanda Sinaloa, o preferirá que le sigan llamando presidenta con A, ante su falta de no respetar la investidura presidencial?
Ya se verá.
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