Deshojando la margarita
Una por una van cayendo las hojas. Van revelando el futuro y afirmando o negando el camino escogido. ¿Valdrá la pena este amor que siento? ¿Me quiere? ¿No me quiere?
Somos un pueblo mágico, siempre atraído por el más allá, por la incertidumbre y el mañana. Por el sarcasmo, la duda y la contradicción.
Apostamos la vida a un giro o al colorado, o votamos por “los looks de la candidata”, o por un vecino a pesar de que sabemos que es un reverendo abusivo, y le damos la última oportunidad de demostrar su cambio a ser gente decente por el “bien de todos”.
Somos tan necios o inocentes que metemos la pata mil veces y nos volvemos a enamorar. Así es la vida, aunque como la canción de Jorge Castil solo sean “vientos de cambio”. Nos volvemos a equivocar… y qué más da. Así es la vida: prueba y error.
Se trata también de enfrentar las amenazas y miserias de la dupla Trump-Musk con las armas conocidas, como el respeto mutuo y la soberanía que no garantizan necesariamente soluciones favorables, ya que a ellos les valen sorbete.
Sabemos que se requiere crecer, ya que sin ello no hay desarrollo ni progreso. Es preciso combatir la inseguridad y la violencia, continuar con los programas sociales que incentivan el consumo y reducen la pobreza, así como aumentar el salario mínimo como referente obligado; es preciso invertir en proyectos de infraestructura, tecnología y demás con la participación de recursos públicos y privados, y promover con suficiencia la certidumbre para ello. Se requiere de una reforma fiscal que grave al gran capital y que influya en la redistribución del ingreso y la riqueza, reforma que se ha pospuesto ante la amenaza permanente de corridas externas de capital.
Todo esto en un ambiente escandaloso de amenazas y desfiguros desde la presidencia estadounidense que impide afrontar y resolver otros dramas significativos.
Por ejemplo:
El 8 de marzo las mujeres en el mundo conmemoraron el día internacional contra los abusos y los feminicidios. Con machetes y martillos golpearon simbólicamente a quienes las martirizan y las perturban.
En tanto, muchos hombres de todas las latitudes las abusan, las insultan, las golpean, las violan y las matan.
En México ocurren 10 feminicidios diarios, según datos oficiales, y las mujeres siguen siendo clasificadas y vendidas al mejor postor. En Oaxaca, por ejemplo, se celebran matrimonios con niñas de doce años, de edad que se cambian o ‘truquean’ por una botella de mezcal.
En pleno siglo XXI sigue la práctica inhumana de ablación del clítoris o mutilación genital femenina, con el objeto de eliminar el placer sexual y controlar su voluntad por razones religiosas. También les cosen los labios para resguardar la virginidad y ser más apreciadas en el mercado.
En Francia recientemente ocurrió un crimen que cimbró a la educada sociedad del Mediodía. Un viejo matrimonio se vio envuelto en un escándalo decadente. El viejo marido, seguramente aburrido y cínico, drogaba a la esposa casi de su misma edad para ofrecerla a conocidos y amigos, la anunciaba y vendía en internet y otros medios como un trofeo de caza, como una nueva experiencia hedonista. Mientras, ella drogada, sin consciencia, era violada repetidamente, al despertar no recordaba nada. El cínico criminal incluso grabó los encuentros, lo que al final sirvió para que los jueces sentenciaran a los participantes a cárcel de por vida.
En California están de moda los sitios que ofrecen aventuras doble X con ucranianas jóvenes y bellas. En Tijuana, la famosa Ave Revolución, sigue siendo icónica por sus restaurantes de categoría, bares y hoteles de postín que ofrecen carne humana para degustar las más exóticas y delicadas experiencias corpóreas con abundantes licores y otras drogas de todo tipo.
La oferta se ha ampliado con jóvenes migrantes que tienen aún más necesidad de
recursos y trabajo, tanto de otras partes de la República, como materialmente del resto del mundo en su afán de brincar al primer mundo, a pesar de las amenazas republicanas de cárcel y expulsión.
Ahí cerca Alicia Cienfuegos, joven monja del convento, se inclina a rezar el rosario desde los lunes a los viernes. Sus ojos bellos y grandes se inyectan de inmediato de devoción con sangre. Su pasión por Jesús es evidente. Tiene una fe ciega en el Señor ya que desde niña fue bautizada en la Iglesia y su madre y abuela todo lo arreglaron en su seno con sus rezos. Las carencias y necesidades fueron menos atroces desde entonces y la convencieron de que el Dios más poderoso podría escuchar sus ruegos.
Pues sucedió que un día conoció a otro Jesús, el señor panadero que vendía las conchas, las chilindrinas, mantecadas, cubiletes, cuernitos, Garibaldis, cochinitos, semillas ladrillos, morelianas y una infinidad más de combinaciones según la fiesta a celebrar.
Este Jesús panadero le había hecho pensar que, si todo lo cobra a dólar, porque tanta diferencia en su forma y en sabor.
Mi Jesús celestial que todo lo sabe esté donde esté, es mi inspiración, el mismo Señor me puso frente a este otro Jesús, su tocayo terrenal que es pasión y emoción. Es fuego, deseo y sabor.
Es empresario promotor. Hasta con besos una vez me quiso envolver, que sólo por mi fortaleza rechacé, pero estuve a un pelito de aceptar y rendirme a sus apetitosos panes y carnosos labios.
Oh qué gran confusión: uno me mira de lejos, desde arriba y a todos lados, y el otro desde abajo me ataja, me ataranta, me cubre de gloria. Uno me manda señales y el otro conmigo se quiere ejercitar, experimentar, entrenar, aprender, cohabitar. Y al final me amenaza.
Más confundida no puedo estar en este mundo dominado por la aberración, las amenazas y las prohibiciones.
Estoy confundida, más turbada que nunca y sigo deshojando los pétalos de mi flor.
A lo lejos algo me dice que tanta confusión es pasajera una vez que se superen, se acaben los aranceles, la recesión, la violencia con todo y crematorios en Jalisco y mi panadero me quiera reteharto, como Dios manda.
#LFMOpinion
#ProhibidoProhibir
#Margarista
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