Mexicanos…
Cuando en los pueblos alguien grita: ¡al ratero, al violador!, se reúne rápidamente la muchedumbre y cuando el infeliz no es reconocido lugareño y no logra escapar, generalmente lo golpean y lo queman, sea o no sea culpable. Más aún, cuando la policía quiere intervenir, siempre en menor número, es rebasada y marginada.
La niña violada o la persona robada es reivindicada, la acción de referencia es de didáctica ejemplar en la historia rutinaria del pueblo. Ahora lo pensarán varias veces aquellos posibles abusadores vecinos. Ojo Trump.
Mexicanos al grito de guerra… está en el Himno Nacional. Es parte de una histórica estrofa que rebela la necesaria actitud de atención perene ante el agresor: apunten, listos, fuego. Al sonoro rugir del cañón.
Pero resulta que de tanto usarse en nuestra historia, especialmente en contra de nuestros cercanos vecinos distantes, en otras guerras intestinas y debido a los avances tecnológicos, envejeció y se hizo absurdamente obsoleta. En parte por culpa de las bombas atómicas.
Un conocido predicador esotérico en la esquina de Donceles y Allende está perorando y la gente se acerca ávida de buenas noticias: ‘Dentro de muchos años en un día de Pascua se oirá decir: ¡por fin hemos vencido a la muerte!
Gracias a la disciplina, a los notables avances científicos y a la tradicional y sápida comida de tortillas, frijoles y chile, ya no tenemos muertos. A volar gaviotas don Tánatos.
El delegado del Bienestar firmará el último informe: con base en las disposiciones oficiales y en el marco del acuerdo con las Naciones Unidas, y el Convenio Bilateral Méx-USA, es muy grato confirmar que se ha cumplido el tratado por la higiene mundial y en contra del desperdicio ecológico, los aranceles y la descomposición. Ni un muerto más. Ni un desempleado más.
Lorenzo Labra besó el retrato de cuerpo entero de su novia. El próximo mayo cumplirá su primer centenario y entrará en la conocida edad de los resabios, con mejores prestaciones, como millones en América.
Después del fracaso del régimen trumpista, la humanidad acordó progresar al mismo ritmo todos. En esta nueva sociedad orgánica, saludable y ajena a enfermedades antediluvianas, amenazas misóginas y abusos raciales, es muy común ejercitarse practicando yoga y tai chi al aire libre y jugar ping pong que China propuso en la ONU. Además, se promueve el dominó y los cuentacuentos del pasado para hacer menos traumático el llamado ‘salto’.
Esto es: en todas las cabeceras municipales se han instalado los llamados pasajes de renovación celular. El procedimiento es sencillo: se agenda una cita en la red, se pasa la tarjeta de identidad y el número codificado de la cuenta y listo: disfruta uno del viaje o salto. Son 13 minutos de intensa oxigenación corporal y profunda renovación celular. Al final del túnel, como en otra banda de lavado y planchado, el semáforo verde se prende y a gozar otra vez. Ya nadie muere. La inmortalidad es por fin realidad.
Lorenzo Labra recuerda cuando los cementerios se abolieron, las casas funerarias quebraron y ya nadie se preocupó por encontrar tumbas de desaparecidos anónimas y clandestinas. Poco a poco los hospitales pasaron de moda, y tampoco hubo necesidad de médicos ni enfermeras. Ni siquiera de medicinas, de las que por cierto nunca, ni con Birmex, se surtieron adecuadamente para todos, especialmente los oncológicos.
La desolación de la época trumpista dio paso necesariamente a un tiempo de reconstrucción y de relaciones respetuosas entre naciones, El avance fue tan significativo que nunca más se oyó algo de ese presidente criminal confeso, sucedió lo peor que alguna vez pudo desear: se quedó en el olvido de la Historia, junto con Biden.
Tal vez como la última epidemia de estupidez viral gubernamental o idiocia T, como se le conoció su última presidencia en EUA. El corolario comprobado: el malvado es más peligroso que el estúpido.
Por ello mismo, nada de confiarnos, no sabemos bien a bien que será mañana ahora que están listos los drones, los aviones, los GI’s, las naves atómicas para atacarnos, así que: mexicanos al grito de guerra, el acero aprestad al bribón.
Al finalizar, su compinche pasó el sombrero de copa para recoger las ganancias se oyó tronar el cielo, todos corrieron a refugiarse del tremor de la tierra, otra invasión estadounidense se inició ya en busca de posibles migrantes.
En la mañanera la doctora presidenta Claudia se refirió al respeto entre México y los EUA y la forma especial de comunicar del presidente Trump.
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