Dictadura del Bienestar

Huelga decir que la presidenta con A necesitaba de un pretexto mediático para mandar su iniciativa de ley Telecom, para darle vida a la "agencia de transformación digital", para imponer la narrativa que debe imperar en el país y ante el ámbito internacional.

El spot de los gringos sobre los migrantes le cayó como anillo al dedo a la huésped del Palacio, para enviar su iniciativa de ley al Senado de la República para su dictamen y aprobación.

Ya que los resultados de su Imagen y su narrativa no le son favorables, en las benditas redes sociales, ya que éstas exhiben sus flaquezas frente al peje, su jefe, el Congreso, su partido, Morena y ante los altos comisionados de la ONU.

Esta realidad no la deja dormir, a tal grado que tuvo que hacer uso de los Botox para dar una mejor apariencia de su rostro.

En otras palabras, no mostrar un rostro de cansancio y agobiada, sino manifestar una Imagen de firmeza y frescura.

La pregunta salta, le alcanzará a la señora con A la cirugía, no solamente para la foto de verse "radiante", sino lo más importante: verse como presidente.

Ese es el dilema de la presidenta con A.

A pesar de obtener una votación de 36 millones de votos, en la elección presidencial, no tiene la confianza en sí misma, de que las cifras son reales para mostrarse como tal.

No puede decir lo mismo que Ernesto Zedillo cuando los priistas "duros" presionaban en su contra: les decía a mí me respaldan 17 millones de votos a los que me debo.

En esa misma línea de "desconfianza", se encuentran las encuestas que le dan una popularidad del 80 por ciento, a la presidenta con A, mismas que no siente reales, sino más bien para agradarle la vista y el ego.

Ya que la popularidad no le sirve como manto para modificar el México real, los hechos la evidencian.

Ese es el quid del gobierno de la presidenta con A.

Seguir en su línea discursiva de negar la realidad o minimizarla, para continuar cargando la herencia de su jefe, el peje, lo que le implica un costo de imagen política.

O nadar sin hacer muchas olas, para ir descargando la herencia del peje, bajo la filosofía del hombre increíble: Kalimán, que le siga dando la cabeza fría para deslindarse sin mancharse de los enjuagues de su progenitor, el peje.

A seis meses de su gobierno, la presidenta con A, ha decidido jugar con el fierro caliente.

Es decir, para sus correligionarios y el pueblo sabio, sigue apostando a mostrar una Imagen de continuidad de la 4t, tope donde tope, apoyándose en el patriotismo, en envolverse en la bandera nacional, así como de utilizar esas frases que les encanta escuchar a los morenistas: "con el pueblo todo, sin el pueblo nada".

Hasta el momento ese escaparate le ha funcionado con los suyos a la huésped de Palacio.

Pero, los hechos consumados por su gobierno tienen otro rostro, que son registrados por las benditas redes sociales.

Hoy, su alianza está con Donald Trump y su gobierno.

Las acciones públicas del gobierno mexicano, a través de su secretario de Seguridad Ciudadana en el combate al fentanilo, lo confirman, y

Con el hecho de exhibir la corrupción en Birmex, la encargada de comprar y distribuir las medicinas en los hospitales públicos del país, da un paso lateral para no mancharse.

Circunstancias que la ponen al filo de la navaja, con su padrino, el peje.

Así como atender dos temas básicos del país: la seguridad y la salud pública, que tocan por igual a morenistas y a opositores, sin distinción alguna.

Escenario que obliga a la presidenta con A, a seguir jugando a una doble cara: mantener contentos a los morenistas y al pueblo sabio que su gobierno no se sale de la raya de la 4t.

Y, al mismo tiempo, seguir en su línea de alianza con los gringos, a fin de ir limpiando la herencia de su jefe, el peje.

Moverse en esas aguas pantanosas no es fácil y la presidenta con A, sabe de esos riesgos.

Por eso en la lógica de la señora con A, su solución "fantástica" es la Agencia de Transformación Digital dirigida por uno de los suyos, para redondear lo ganado por el pejismo: un Congreso sumiso y abyecto, y un Poder Judicial a modo, como resultado de la elección de ministros, magistrados y jueces, que le permitan imponer una narrativa a su mirada de interés, para dibujar el país que quiere mostrar a los mexicanos y a la comunidad internacional.

Lograr esa fantasía, le permitiría dormir y mostrar una sonrisa radiante, no fingida, al tener el respaldo, ahora, sí, de poder contar con una Dictadura de Bienestar que reparta becas y apoyos, complicidades con una moral distraída, popularidad que se traduzca en aplausos y reverencias, una democracia electoral dirigida que legalice y legitime la alternancia de personas de un solo partido, morena, así como de una justicia discrecional que responda a los dictados de la huésped de Palacio.

Tener todo esto, implica, someter, censurar, inhibir y cancelar toda forma de expresión por parte de las plataformas digitales independientes que pongan en riesgo la narrativa oficial.

En palabras del escritor Mario Vargas Llosa, en su libro "El pez en el agua": Al político lo qué lo mueve es el poder: llegar a él y quedarse con él.

Ese será el destino de la presidenta con A, para sorpresa de su jefe, el peje.

Ya se verá.


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