El Segundo Debate

Este país nuestro merece mejor destino… pero ni cómo patalear ya, ellos son los que veremos en la boleta electoral del 1º de julio.

Siendo muy optimista, habrá que aplaudir que se haya celebrado este segundo debate entre candidatos presidenciables en Tijuana, BC, tierra de los Xolos, donde la nacionalidad mexicana se vive a diario y se prestigia frente agresiones y desprecios, donde se vive una economía dolarizada y el tipo de cambio se consulta religiosamente en el desayuno, donde lamentablemente han resurgido la violencia y la inseguridad y los gobiernos panistas de los últimos 30 años han ido de mal en peor.

Habrá que decir que en efecto, fue un buen ejercicio democrático, acorde con nuestra joven democracia, de acuerdo con el menor desarrollo relativo de nuestras instituciones y nuestra incipiente organización política.

El público presente pareció como invitado a una fiesta ajena, medio azorado, tímido, con ganas de ser escuchado, con ganas de que les contestaran las preguntas, algunas cuchareadas. Noté una distancia enorme entre los asistentes al foro y los candidatos, como si ellos cuatro vivieran en mundos distintos, como signo del desencuentro.

Malo estuvo el famoso Peje, es obvio que no le sientan los debates, no es lo suyo. Se vio viejo, sudoroso y con su permanente lento hablar. La imagen en pantalla no lo favorece, salvo cuando apareció el Peje combativo y certero contestando mentiras de sus adversarios y poniéndolos en la canasta idéntica de corresponsables de la corrupción. López Obrador nadó toda la competencia de muertito.

Ya se sabe que Anaya es muy buen expositor, aunque ahora abusando de su sonrisa de plástico permanente que contribuyó a hacer menos creíbles sus palabras aprendidas de memoria. En esta ocasión lo vi repetitivo, sin consistencia; como un flan con mucha azúcar que se desmorona y empalaga. Me pareció más falso que una moneda de diecinueve pesos, con una estudiada técnica por colgarse de las propuestas de Morena, aunque desde luego, mejor expuestas en el debate, más articuladas y apuntaladas con citas y datos inventados, aunque pareció siempre estar fingiendo en lo que no siente, ni cree… Ayer se olvidó de ser espontáneo, tanto ensayar lo volvió un robot sin emoción, tan predecible como el famoso Peje. De tan estudiado se volvió cómico. ¿Farsante?

Meade mucho mejor que en el anterior debate, más suelto y propositivo, aunque no llegó, sin embargo, a ser en realidad el "chingón", como a él y a sus corifeos les gusta decirse. Tiene razón, no es lo mismo que Anaya, pero se parecen tanto al oírlos como dos gotas de agua de diferente granizada. Al final será el gran sacrificado si no alcanza para enviar a Anaya al ministerio público. ¡Y tan contento que estaría Meade en el Banco de México!, aunque con unos kilos de más, en fin, vaya lo uno por lo otro. Parece cierto que ya está muy retrasado y en el mundo kafkiano mexicano solo pudiera ganar comprando votos con miles de estafas maestras y con un operador experto en el fraude como Ufraude de triste memoria y ahora rehabilitado y pagado con contratos y publicidad. Meade podrá decir, lástima Margarita llegamos tarde.

El Bronco es simplemente un payaso… que a veces atina y dice verdades. He oído comentarios de gente de Nuevo León, que pide a la virgencita que por favor se quede lo que resta del sexenio, haciendo precisamente eso: mochando brazos, expropiando bancos y haciendo reír al respetable. No da para más

Sin duda, lo mejor del debate en Tijuana fue Krauze. ¿Cómo se moverán las encuestas?

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