Los sonidos del silencio
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Las campañas son ante todo fuegos de artificio, venta de cuestas verdes, juego de espejos y prestidigitación.
Hoy en LFMOpinión, Moreno Wonche hace una clara crítica del papel que en ello han jugado las encuestas y una muy cuestionable pasividad del INE, como si su papel fuera simplemente tomar nota de las encuestas publicadas y no tuvieran relación con campañas anticipadas y manipulación y coacción del voto.
Las campañas son ruido que ensordece y ataranta, propaganda que vende ilusiones y en muchos casos engaños.
Las campañas son, además, muestra de fuerza embozada, tras de la que suele haber más acarreo que entrega.
Y, por supuesto, las campañas son curiosidad y miedo. Miedo a quedarse fuera, miedo a no estar con el ganador.
Hay también otra clase de miedo, el miedo a ser señalado junto con el mal, en una contienda convulsionada en donde el electorado ha quedado dividido entre buenos y malos, honestos y corruptos, demócratas y fraudulentos.
Las redes, tan encomiables en tantas cosas, pueden jugar en lo electoral en contra de la objetividad, basta su movilización interesada para que enturbie la realidad y su percepción.
Por ello encuentro en estas elecciones un elemento novedoso y de difícil lectura: el silencio.
Frente a un ruidoso, ostentoso y agresivo triunfalismo de unos, crece un silencio cruzado por tensiones que van del pasmo a la zozobra.
Un silencio que pesa y agobia, que se debate entre la cobardía y la resignación, que acusa impotencia o miedo.
Las campañas debieran ser espacios de deliberación ciudadanas sobre problemas y propuestas, pero por arte de una campaña omnipresente y con 18 años de añejamiento, han quedado reducidas a si es posible alcanzar al puntero, en una discusión que tiene más de dogma que de objetividad.
Tiempo es de escuchar los sonidos del silencio, observar su esparcida presencia, aquilatar su peso innegable.
Las campañas son luces, pero también sombras, ruido pero tras de él silencio expresivo, de cautela, de duda, de temor.
Todo tiene su haz y su envés; tras de lo obvio se expresa lo oculto; tras del triunfalismo anticipado y agresivo calla la duda y la sospecha.
Escuchemos lo que los que callan nos dicen con su silencio.
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