PARRESHÍA

Padrino por capacidad

Padrino por capacidad

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Lamentable.

Parto de expresar mi amistad con Bartlett. Cuando hubo que enfrentar al PAN en Nuevo León, nos dejaron solos a él y a mí en aquel aciago 2000.

Pero encuentro lamentables sus declaraciones en torno a someter su nombramiento en la CFE a consulta: "Bueno, yo ganaba… Imagínate, contestó a Alberto morales de El universal (02-08-18), con el padrino que se llama Andrés Manuel López Obrador, que dice: ‘Éste debe ser’… ¡Pues ganamos!"

Lamentable declaración, sustentar todo en el parecer y hasta capricho de un hombre es la negación misma de la política y de la administración pública.

No es el proyecto a llevar a cabo, no es, siquiera, su amplia experiencia como administrador público y conocedor del tema; bueno, ni la situación del sector y sus más ingentes necesidades. No, es la voluntad de Andrés Manuel. Basta y sobra.

Como si no supiera su tocayo (Bartlett) lo caprichoso que suele ser el humor popular, más cambiante que el de una foca en celo.

En política dos y dos no necesariamente son cuatro y todo puede cambiar por innúmeros factores. Empezando por la voluntad de una sola persona.

Y creer que la ciudadanía responde al chasquido de los dedos del líder siempre y en todo lugar, es una aberración imperdonable en un político con su experiencia.

Lamentable por lo efímero, subjetivo y caprichoso de su sustento.

Ominoso por sustentar que México es ya el País de un solo hombre.

Cualquier cambio de viento o por simple quítame estas pulgas su apoyo puede cambiar.

No importará entonces su experiencia, sus conocimientos, su proyecto, su capacidad; como ahora reconoce que tampoco contaron.

Triste cambiar tras una vida de lucha méritos, capacidades y proyectos por padrinazgos y dedazos.





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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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