PARRESHÍA

Enojo 2018

Enojo 2018
Ira ciudadana y comodidad partidista

Dos textos llaman hoy mi atención. Una entrevista de Antonio Sola, el rey de la guerra sucia, en El Universal y el artículo de Woldenberg en Reforma.

Empiezo por Sola; sostiene que a diferencia del 2006, en México hoy no priva el miedo sino la ira. En aquel entonces prendió aquello de López Obrador "es un peligro para México", hoy, sin embargo, el petate del muerto de que con Andrés Manuel caeremos en el chavismo venezolano no espanta a nadie.

El momento emocional del mexicano, según su interpretación, es de enojo y está principalmente dirigida al gobierno.

Concluye él, si AMLO no comete las pifias que siempre comete en sus campañas, bien podría alzarse con la presidencia, habida cuenta que es quien capitaliza mejor ese enojo antisistema.

Por su lado Woldenberg vuelve a tocar el tema de lo difícil que es para partidos, políticos y publicistas brincar el cerco de la superficialidad en el mensaje. Por supuesto que no ayuda el modelo de comunicación política, acotado a espacios de 30 segundo; pero tampoco el clima de crispación del que habla Sola y que se convierte en una apuesta fácil para abandonar el mundo de las ideas y razones por el de las emociones y jugos gástricos.

El hecho es que veo pocas posibilidades de que en este proceso del 2018 veamos algo más que descalificaciones, noticias falsas y escandalitos.

Esperemos escarmentar y pensar a futuro en un modelo de comunicación que prime las ideas por sobre la emoción.
El problema es que discutir ideas exige más que jugar con emociones. No me refiero a las dificultades del emisor, cuanto a las comodidades de la audiencia. Y creo que el mexicano prefiere que le administren sus enojos, a que lo arreen con responsabilidades.

PS.- Sola, por cierto, se nos presenta como un agente imparcial, cosa que es de dudarse. Como sea, margina a Meade, ensalza a López, pero prevé sus consabidos tropiezos y, curiosamente, deja a salvo a Anaya y la posibilidad de que Peña tenga que apoyarlo a la mitad del camino. ¿Nueva versión de guerra sucia embozada en análisis político?

PS.1. Y ya ven que uno es mal pensado, pero el CorralTour no formará parte de esta ensalada de enojos que nos quieren hacer comer. Digo.

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

Sigueme en: