LO DE HOY

Presagio

Presagio

Foto Copyright: lfmopinion.com

Desgaste a gran escala.

Carlos González Blanco

Colaborador invitado




Pues bien, llegó el día, se consumó la campaña de 32 años, tomó posesión y ahora, es una realidad.

Andrés Manuel es mi Presidente y el de todos los Mexicanos, aunque muchos no nos sintamos representados por él.

Por el bien de México, deseo que le vaya bien y que mejoren las cosas para todos, no obstante, tengo el presagio de que se avecinan tiempos difíciles y que muchas cosas saldrán mal.

Su primer reto, es sobrevivir.

Gobernará mientras viva, debe cuidarse de los riesgos amenazantes de un atentado.

Debe mantenerse sano y lúcido y ello, ya es muy difícil en sus condiciones físicas.

Su segundo reto, es mantener el aval social que lo encumbró y eso tampoco será nada fácil, es más, se ve inminentemente imposible.

Gobernará mientras no se autodestruya con su incontenible obsesión por decepcionar a los suyos y a los otros.

Hoy inicia su desgaste a gran escala.

Ya no podrá continuar en campaña ni echándole la culpa a otros del caos que él generará.

Nadie le creerá más sus pretextos ni pantallas grotescamente artificiosas; es el principio de su fin y nos toca pagar el precio de la ineptocracia y vergonzante demagogia política en que hemos vivido y tolerado.

A partir de hoy, es cosa de tiempo.

Porque así es la naturaleza humana, padecerá que quienes antaño le fueron fieles en la lucha, sólo le veían como un camino para alcanzar poder, no para servir.

Le llegó la hora de decidir y necesariamente lo hará en perjuicio de algunos, entre ellos a quienes ha venido amenazando desde antaño y sin duda ya le aguardan defensivos y armados.

Cada decisión difícil, le mermará, equivaldrá a un suicidio político progresivo, eso le pasará con tanta frecuencia que cuando voltee, ya tendrá tantos enemigos que sentirá soledad y miedo.

Eso vive cada mandatario, sólo que a él le tocarán ambientes agravados.

En este noble oficio de la política, no se deben sembrar enemigos y crear descontentos indiscriminadamente.

No se puede apostar a la incongruencia sistémica como podía tolerársele en campaña.

No se puede declarar que terminó la época de contratos voraces al servicio de empresarios sin escrúpulos y crear un consejo empresarial con ellos para co gobernar con ellos.

No se puede declarar que no aceptará chantajes de nadie y que no traicionará al pueblo y al primer manotazo de los banqueros dar marcha atrás a la ley que habría de reducir las voraces comisiones bancarias que ahorcan a las clases populares.

No se puede hablar de honradez y pactar con Velasco Suárez, con Napito, cargar a Bejarano, a Bartlett y a tantos otros bajo el discurso de que han sido redimidos.

No se puede sobrevivir políticamente con ocurrencias incontestables.

Prometer una cuarta transformación equiparable con los grandes movimientos histórico sociales, no es más que una tomada de pelo demagógica; lo es porque no tiene ni rumbo ni método, ni estructura, ni modelo, sólo un discurso de campaña y arenga incendiaria.

No se puede sobrevivir políticamente en la permanente congruencia entre lo que se promete y lo que se puede llevar a cabo.

No se debe engañar a la sociedad con simulaciones de encuestas que mas bien se perciben como confesión de que es un manipulador sin escrúpulos.

Esos comportamientos, también son corrupción, esa que dice que extinguirá.

Irremediablemente cosechará el odio que sembró, eso pasa siempre en la vida, más en la pública.

Su suerte está echada.

No obstante, México
Sobrevivirá como ha sobrevivido a tantos otros malos gobernantes también incongruentes, fatuos, soberbios, ineficaces, ineficientes, gravemente corruptos y sin escrúpulos.

El hartazgo del pueblo a los malos gobiernos no se acabó con el encumbramiento de Andres Manuel, se magnificará en cuanto se conozcan las nuevas fechorías de este grupo y la incapacidad del líder para controlarlos.

En tanto, la sociedad mexicana es fuerte, combativa, inquieta y beligerante.

Está harta de la simulación y el abuso en todas las formas de gobierno tramposo y desleal y ese sentimiento florecerá otra vez y se avivará con la sistemática crítica feroz que enfrentará el nuevo gobierno .

El inminente caos que se percibe venir, será caldo de cultivo para el surgimiento de nuevas voces y banderas de lucha política generadoras de liderazgos de la sociedad civil organizada, de partidos renovados, de organizaciones gremiales.

Esa será, auténticamente, la constructora de la siguiente transformación a gran escala.

Empero, por ahora, tendremos que transitar por esta incertidumbre.

No veo a un pueblo feliz, ni confiado, ni encuentro que perviva la esperanza añorada.

Ya veremos como evolucionan las cosas.

En esta tolvanera que se avecina, refrendo mi confianza en los hombres de bien, en la fuerza moral de tantos luchadores sociales éticos, dignos, formadores de cuadros honorables que atenderán el llamado de la patria y honrando la certeza de que en cada hijo un soldado le dio.

Saludos mexicanos, llegó la hora de probar de que estamos hechos.



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Redacción LFM Opinión

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