POLÍTICA

Eruviel, bienvenido a la pesadilla

Eruviel, bienvenido a la pesadilla

Foto Copyright: lfmopinion.com

El PRI hace mucho que capituló sobre la Ciudad de México

Difícil pensar que Peña Nieto haya enviado al matadero a su paisano y amigo, Eruviel Ávila.

Pero su nueva misión más que imposible parece suicida.

Llega a un PRI inexistente, a una sombra evanescente de lo que fue un partido y del que subsisten estertores porriles, desgarres clientelares, egos confrontados, extravíos.

Literalmente llega a un basurero.

¿Es la historia del PRI en la CDMX olvido, abandono o capitulación?

En el 88 Cuauhtémoc desfondó la estructura clientelar del PRI en el entonces DF, algo similar a lo que hoy hace AMLO con el PRD. Salinas encargó al PRI en la capital a Jiménez Morales, exgobernador de Puebla, pero éste no lo encontró, se había marchado con Cárdenas. Ramón Aguirre, aspirante presidencial defenestrado, no hizo mucho para impedirlo y menos para remediarlo. La debacle priista en el DF en aquel 88 fue mayúscula e inobjetable, para utilizar el término entonces de moda.

Manuel Camacho, como Regente, operó para generar un sustento clientelar propio, no priista. Con su final salida del PRI, terminó por desbarrancar lo poco que quedaba del institucional.

Cárdenas y sucesores se han asegurado que no levante cabeza, con un aliado debidamente avituallado y pagado, que es, además, el único político que quisiera que le dieran cuello: Cuauhtémoc Gutiérrez.

Tengo para mí que el PRI hace mucho que capituló sobre la Ciudad de México, creyendo que sus problemas son tales y tan irresolubles que lo mejor era dejársela a las izquierdas pulverizadas para que les explote en la cara.

Ello le era factible, porque tenía aún voto duro suficiente para sobrevivir sin la CDMX.

Pero las cosas han cambiado y mucho. Veracruz lo tienen perdido, Oaxaca muy competido y en ruinas; Chiapas, disputado por un compañero de viaje dispuesto a darles una patada a la primera oportunidad que tengan. Incluso en entidades gobernadas por el PRI, su fortaleza electoral está en veremos.

Las bases priistas cada vez son más endebles y su otrora prestigio no puede estar más restañado.

De allí que la Ciudad de México vuelva a serle necesaria.

El nombramiento de Eruviel así lo delata. Peña Nieto y el PRI quieren rascar algunos votos de la olla de sufragios de la capital de la República; le son de vida o muerte.

La llegada de Eruviel también puede responder a la lenta defunción del PRD, a los conflictos internos de MORENA y a las divisiones del PAN, lo que en su conjunto le abre una ventana de oportunidad para recuperar bastiones capitalinos.

El problema de esta última lectura es que ni yendo a bailar a Chalma podrán construir en semanas una estructura territorial dejada de la mano de Dios desde hace casi 30 años.

Otra lectura de la llegada de Eruviel es construir un valladar para evitar que la fuerza de MORENA se derrame sobre los municipios mexiquenses avecindados. Recordemos que el PRI perdió la elección en el Estado de México, la ganaron las alianzas y coaliciones electorales del PRI con otras fuerzas y el descarado proselitismo gubernamental, pero Del Mazo es un Gobernador cuya fuerza y legitimidad no alcanza más allá de Toluca y algunos distritos agrarios; todos los municipios del Valle los tiene perdidos.

Así, el objetivo puede ser doble, sacar algunos votos de la CDMX, votos que Peña no obtuvo con Beatriz Paredes en 2012, y evitar que desde este bastión se opere el sitio político al gobierno de Del Mazo y se pierda en el Estado de México lo poco de voto duro que aún le queda al tricolor.

Por otro lado, si Eruviel llega al PRI de la CDMX, es de esperarse que tras él llegue un candidato competitivo y de peso nacional. ¿Quién será el valiente que apueste su prestigio a este caballo muerto?

Finalmente, a diferencia de La Nada de Ochoa, Eruviel es un priista de carrera y un político, no un burócrata; un operador, no un merolico. Bien pudiera ser, también, que Eruviel llegue al PRI CDMX a calentar la banca en espera de substituir a La Nada en el CEN del PRI, lo cual haría felices a una gran mayoría de priistas y daría al traste con los afanes transexenales del cáncer que tiene carcomido a la actual dirigencia.

En fin, parafraseando al Sub: bienvenido a la pesadilla.

#LFMOpinión
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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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