POLÍTICA

Ya que de fama hablamos

Ya que de fama hablamos

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¿De qué nos ha servido el sistema mixto de mayoría y proporcionalidad, si desde el 97 nuestro Congreso es ineficiente, ineficaz y repudiado?

Si alguien mata con un paraguas, ¿quién es culpable: el paraguas o la persona que lo accionó?

Sin duda la persona, ya que el paraguas no tiene capacidad de decidir, voluntad ni conducta. La persona sí.

Peor aún cuando el objeto del paraguas no es lastimar gente.

Pues lo mismo pasa con los sistemas de representación, son simples instrumentos para constituir la representación política.

Si nuestros plurinominales son una desgracia, una bazofia y una vergüenza, no es por el sistema de representación proporcional, sino por el (ab)uso de él hacen los partidos políticos.

En otras palabras, si nuestros plurinominales no funcionan, veamos por qué y por quién, antes de suprimirlos.

Para mí, los que deberían de desaparecer son los electos por mayoría relativa. Que todos los órganos colegiados sean electos en estricta proporcionalidad y que los ciudadanos recuperemos nuestros votos sobre las listas plurinominales, robados desde el 86.

A fin de cuentas, de qué nos ha servido el sistema mixto de mayoría y proporcionalidad, si desde el 97 nuestro Congreso es ineficiente, ineficaz y repudiado.

Y que se cuiden los partidos que andan tan ofrecidos: así como desean desaparecer los plurinominales por su mala fama, podrían por peor popularidad desaparecerlos a ellos.

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#Plurinominales

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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