POLÍTICA

El fin de la cleptopartidocracia

El fin de la cleptopartidocracia

Foto Copyright: lfmopinion.com

El cambio ya empezó y en él no tienen cabida.

"El mundo que se eleva está aún envuelto entre ruinas del que cae
y en medio de la gran confusión que presentan los negocios humanos,
nadie puede decir lo que quedará de las antiguas instituciones y
de las antiguas costumbres, ni lo que acabará de desaparecer."
-Tocqueville.

Lo que presenciamos es un quiebre sociológico en torno al diseño democrático que hemos construido.

La resultante de los esfuerzos democratizadores de finales del siglo pasado nos llevaron de un régimen de partido hegemónico a otro de cleptopartidocracia; al final del camino las pulsaciones del priismo autoritario, clientelar y patrimonialista fueron virales e infectaron a todo el sistema de partidos y al modelo de democracia.

Del 96 a la fecha, lo electorero -que no la democracia- fue juerga partidista sin presencia real de ciudadanos, reparto de prerrogativas y concesiones. Botín.

El enfado ciudadano creció en rencor, pero los sismos del 19 despertaron en jóvenes que no habían vivido el duelo y la hazaña del 85 la pasión participativa.

Entre escombros, dolor y muerte aprendieron lo que es la organización y participación social, se reconocieron e identificaron en ellas, y supieron de su poder.

Ante la irrupción ciudadana los partidos, atónitos y marginados de la conversación y organización ciudadana, reviviendo la escena de Luis XVI y María Antonieta en Versalles conociendo de la toma de La Bastilla, se apresuraron a ofrecer monedas de oro a cambio de paz y perdón.

No entienden nada. Nunca entendieron.

El cambio ya empezó y en él no tienen cabida.

Difícil saber a dónde nos dirigimos y cuál será la resultante de este nuevo despertar ciudadano.

Una sola cosa es segura, este sistema de partidos, este tipo de políticos, este estilo de política, esta moda cleptocrática, esta impunidad, este divorcio de la sociedad con sus instituciones políticas, este electorerismo, murieron en los sismos de septiembre de 2017.

Enterrados quedaron con sus prerrogativas y elefantes blancos electorales bajo los escombros de las ruinas del electorerismo partidocrático.

RIP.

#LFMOpinión
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#Cleptopartidocracia
#19DeSeptiembre
#CambioDeConciencia


Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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