POLÍTICA

El gerente

El gerente

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Los líderes conducen causas e inspiran triunfos

Un líder surge, se sostiene y se debe a sus bases. Un gerente lleva la gestión administrativa de una institución.

Son dos visiones del mundo diferentes y enfrentadas; una ve personas y aspiraciones; otra estados financieros y utilidades.

Los partidos suelen tener líderes, las empresas gerentes. Las naciones requieren liderazgos, las corporaciones gerencias.

Todo liderazgo surge y se sostiene del conocimiento y comunicación efectivas con sus bases.

Enrique Ochoa Reza está tan ocupado en que alguien le haga el favor de debatir con él que no ha tenido tiempo de conocer a su partido, menos comunicarse con él.

En las oficinas nacionales, la mayoría de los empleados y proveedores hace meses no cobran y en los Estados los escasos recursos se agotan en giras para dar a conocer a los priistas quién es su gerente.

Un líder no necesita agotar los recursos necesarios para otros fines en vender su liderazgo ante los suyos. Es el ejercicio efectivo de su liderazgo el plebiscito diario de su subsistencia.

Un líder sabe leer en las entrañas del colectivo sus aspiraciones y necesidades, y sabe hacer surgir de ellas y abanderar la unidad de acción efectiva necesaria.

Un líder no es quien se presume es un gran polemista, sino a quien sus huestes siguen hasta la muerte, porque los lideres conducen causas e inspiran triunfos.

Cuando el gerente se baje de su gira artística y requiera mover al PRI no habrá nadie que lo siga y sí muchos que le pasen la factura, porque para mover a un Partido se empieza por respetarlo.

Cuando se convenza que nadie de afuera va a debatir con él, ¿para qué lo harían?, no encontrará a nadie adentro que quiera hablar con él.

PS.- Además, a estas alturas ya no se sabe si es gerente del PRI o de un Senador en el PRI.

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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