Gerontocracia y género
Llegar por viejo o por género debe ser algo muy lastimoso.
Nada tengo contra los ancianos y menos contra las mujeres, pero creo que el acceso a los puestos de poder, sean público o privados, no pueden depender de esas calidades.
Es probado conocimiento que la función hace al órgano, sea éste biológico o social. Y el órgano, a su vez, debe estar apto para cumplir la función que lo originó o modificó. El uso de los instrumentos perfeccionaron nuestras manos. Cuando estás se atrofian dejan de cumplir su función y requieren ser atendidas e incluso reconstruidas o suplantadas para cumplirla.
Pues bien, lo mismo sucede en los órganos políticos, tienen una función que cumplir y deben estar a cargo de los más capaces para cumplirla.
Pero hete aquí que la demagogia cuotista feminista exige igualdad de puestos en los órganos legislativos. Razón ésta que no logro comprender, porque si sus argumentos fuesen ciertos debieran exigir igualdad en todos las actividades humanas: academia, en sus plantillas de maestros, investigadores, empleados y estudiantes; ejército y armada; hospitales, en médicos, enfermeras y empleados; poderes Ejecutivo y Legislativo; iglesias, planta laboral privada y hasta en la ONU y en la entrega de premios Nobel.
Por qué no llevar la equidad de género al futbol, por ejemplo. ¿Acaso no existe discriminación al sólo jugar hombres en el campo; no debiera haber mitad y mitad de géneros para ser discriminatorios? ¿Por qué segregar a los criminales en cárceles de hombres y de mujeres, no es ello también denegación de equidad de género? ¿Por qué la Lotería no se reparte en partes iguales por género, o los créditos bancarios?
Reconozco que he llevado los ejemplos al absurdo, pero es que lo que se ha hecho en materia electoral en México en materia de cuota de género, que es, por cierto, algo muy distante a la equidad de género, raya en la insania.
Y cuando creíamos que ya habíamos visto todo, nos viene la burla del Constituyente de la Ciudad de México.
Mal empieza la semana al ahorcar en lunes y el Constituyente producto de un cambio de marca empezó con mal fario. La fotografía de su mesa instaladora no podría ser más lamentable y dolorosa. Sin duda todos los allí fotografiados son personas dignas y reconocidas que merecen todo nuestro respeto. Ese no es el problema, sino que su presencia nos retrotrae a 1970 y 1988.
En un país mayoritariamente de jóvenes los poderes y los partidos dan un espectáculo vergonzoso sacando cadáveres del closet para hacerse del control de la instalación de un Constituyente.
Si así empieza este constituyente, sabrá Dios cómo termine.
Ello suponiendo que Morena lo deje funcionar, porque está ya visto que su presencia allí responde a su paradigma de mandar las instituciones al diablo.
En fin, creo que no puede haber nada más deleznable para el verdadero feminismo y la ancianidad que ocupar cargos por género y por viejo.
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