POLÍTICA

A propósito de Manlio...

A propósito de Manlio...

Foto Copyright: ipuntocom.mx

La capacidad y la experiencia políticas fueron desbancadas por el amiguismo y los compadrazgos.

Con el rumor de que Manlio Fabio Beltrones se había ido a Morena, se pusieron nerviosos muchos compañeros de partido tamaulipecos y al final del día, me puse a pensar que desde que Francisco Labastida Ochoa perdió la elección para Presidente de la República, los priístas tamaulipecos entramos en una situación de orfandad política, que nos sumió en un pozo de insensibilidad que hoy nos impide desde revisar la brújula nacional, hasta creer en la integridad de nuestros verdaderos líderes.

Recordé que fue tan avasallador el poder que tomaron los gobernadores priístas ante la ausencia de un presidente también priísta, que Tamaulipas no fue la excepción para que las decisiones tanto políticas como administrativas al paso de tres sexenios, provocaran la inevitable transformación en el proceso mental de los políticos priístas tamaulipecos que hoy los mantiene en status de suspensión coloidal con respecto al escenario político nacional e inclusive, en la política interior en Tamaulipas.

Prueba de ello, es que al perder la reciente elección a gobernador en 2016, nadie, absolutamente nadie, salió a la palestra a dirimir el porqué teniendo todas las condiciones a su favor, el PRI perdió.

Ningún político priísta supo que hacer, porque sencillamente nadie estaba entrenado, capacitado o listo para ser el líder en ausencia de un gobernador de nuestro propio partido.

Ni la mal llamada dirigencia priísta tuvo la sensibilidad política esencial para ofrecer aunque fuera, una modesta explicación. Todos quedamos entumecidos.

Suena simplista, pero si revisamos el actuar del conglomerado priísta tamaulipeco en la línea del tiempo, encontraremos que hubo un reduccionismo en su proceso mental, provocado por la omnipotente hegemonía de los gobernadores que minimizó a las bases hasta convertirlas solamente en comparsa institucional.

La capacidad y la experiencia políticas fueron desbancadas por el amiguismo y los compadrazgos, las conveniencias contractuales y hasta por el posicionamiento social.

De ahí proviene la actual inutilidad a los políticos priístas tamaulipecos para solidarizarse, convocar al unísono al priísmo y actuar unidos en el proceso electoral que se avecina.

La sola duda del tema de Manlio Fabio Beltrones el día de ayer, expuso que la actual falta de cohesión entre los líderes priístas de Tamaulipas no es gratuita.

Obedece a un fenómeno de conveniente laxitud en las decisiones, incubado en dos sexenios tamaulipecos de absoluta orfandad presidencial y consolidado en un tercer sexenio también estatal, donde la primera mitad se desperdició debido a la obvia ineficacia provocada por la ignorancia en la praxis política y gubernamental del mandatario.

Y ya en la segunda mitad de ese desesperante sexenio priísta tamaulipeco que acaba de concluir, los hombres y mujeres dedicados a servirle al estado de Tamaulipas desde los tres poderes, eran autómatas con enquistamientos de abulia crónica, acostumbrados a resolver sus incapacidades creativas utilizando la genuflexión.

Desde el 2000 hasta el 2016, los políticos priístas tamaulipecos fueron sometidos a un proceso de inhibición de sus iniciativas, sus opiniones, sus ideas y sus decisiones.

En 16 años fueron paulatinamente condicionados a decir solamente: sí señor gobernador.

Entonces, cómo queremos ahora que reaccionen adecuadamente?

No saben que hacer. Se esconden. Se quedan callados ante las "fakenews" y las cascadas de injustas imputaciones colectivizadas provenientes de los adversarios del PRI.

A la irresponsable cantaleta Anayista de que el PRI le falló a México, nadie de la clase política tamaulipeca ha respondido en Tamaulipas. Nadie.

A los ahora sutiles ataques de "aquel que les platiqué", tampoco escuchamos a los políticos priístas tamaulipecos defenderse. Ni uno defiende al partido.

En Reynosa, a los priístas, hijos de reconocidos priístas que se dice que se irán a otros partidos, el dirigente estatal no les ha hablado directo; y el dirigente municipal pues no sabe ni donde está parado. Todo es silencio y gran oportunidad para que entren en la rebatiña de las candidaturas, los chivos en cristalería reconocidos.

Empezando por nuestra muda dirigencia, pareciera que los priístas tamaulipecos encumbrados, solamente son valientes cuando están lejos de su estado.

Ah! Y Manlio no se fue. Es leal a sus principios y a su partido, que también es mi partido, el PRI.

@LFMOpinión
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Redacción LFM Opinión

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