POLÍTICA

Heces

Heces

Foto Copyright: lfmopinion.com

No todo el que te ensucia te hace daño, no todo el que te corteja busca tu bien y cuando estés lleno de heces no te muevas

Ya he dado cuenta de ello, pero Ebrad, o no me leyó -lo que es casi seguro- o lo ha olvidado.

Un pájaro remiso volaba al sur cuando una nevada alcanzó su migrar. Nieve y ventisca terminaron por congelar sus alas y cayó en una llanura que, incluido él, se cubrió de blanco.

En su agonía, el ave escuchó un ruido lejano y cadencioso acercándose lentamente. El sonido, sordo, desalineado y tormentosamente pausado, le pareció el caminar de la muerte. Ésta se le acercó con desesperante constancia hasta que, alcanzándolo, pasó de largo. El pájaro creyó haber engañado a la Parca cuando el ruido abruptamente cesó. No hay plumífero, se dijo el pájaro, que engañe a la muerte. Y en eso estaba cuando el cielo se le vino encima con estruendos propios del averno que retumbaron en su seno la tierra, el ave y la nieve. Los truenos vinieron acompañados con una lluvia densa, pesada, pestilente y ¡Oh, bendita lluvia! caliente.

Tras el diluvio la parca continuó su andar. El calor de lo llovido desentumió las alas de nuestra ave y la trajo de su letargo. Lo primero fue darse cuenta que la muerte no era otra cosa que una vaca que había liberado sus intestinos sobre él. Lo segundo fue recuperar el movimiento de sus músculos y moverse en busca de aire antes de ahogarse en la deyección. Finalmente logró sacar la cabeza y, respirando, sacudió la cabeza para limpiarse de inmundicias.

En eso un gato pasaba a la vera y el movimiento en la boñiga llamó su atención. Al ver al pájaro lo rescató de su prisión, con cuidado lamió su cuerpo hasta limpiarlo por completo y una vez limpio lo engulló de tres mordidas.

Y la moraleja es: No todo el que te ensucia te hace daño, no todo el que te corteja busca tu bien y cuando estés lleno de heces no te muevas.

Marcelo hace exactamente lo contrario. Cada quien sus decisiones. En su caso, dos gatos se pelean sus huesitos: un PRD y una bancada leal a su otrora estrella, por un lado, y la mismísima "honestidad valiente" personificada, por otro. El riesgo en este cuento es que puede que pájaro y gatos queden hundidos en una misma inmundicia Dorada.

Y ya que estamos de vena anecdótica, vaya una para el Diputado Calzada y la Comisión Legislativa Especial que preside.

González Shmall era entonces joven, diputado y panista. ¡Oh, nile tempore! Fuera de orden del día propuso un punto de acuerdo para investigar al Gobernador de Coahuila, Oscar Flores Tapia. Gamboa Pascoe presidía entonces la Comisión Permanente y, sacando al líder cetemista que paga alquiler en su alma, lo mandó a volar con cajas destempladas. Y González Shmall voló en singular escándalo hasta concluir, un mes después, con la renuncia de Flores Tapia. Aquél nunca supo que no fue el (entonces) joven y panista el causante de su defenestración, sino la torpeza del Senador Gamboa Pascoe.

Si Gamboa hubiese permitido presentar el punto de acuerdo y luego lo hubiera turnado a comisiones, nadie se habría enterado del asunto; pero al cerrarle el paso a González Shmall le hizo el caldo gordo y colocó un pleito muy menor en la agenda nacional.

Regresando a la Línea 12, Calzada y la Comisión Especial debieron citar a Ebrad desde un principio. Si no lo hicieron, al presentarse éste a reventar la reunión el domingo pasado, debieron darle la palabra y tras de ello aprobar en sus términos el proyecto de dictamen. Al no hacerlo le abrieron pista a Marcelo y, ya sabemos que en política no hay maroma nueva para chango viejo.

PS.- La anécdota del pájaro, la vaca y el gato es de Don Jesús Reyes Heroles quien, parece, se llevó con él las últimas luces del otrora hegemónico y hoy desahuciado PRI.

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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