Lo que oculta
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La operación limpieza carece de ídem y delata el ocultamiento de algo nada limpio.
Puedo entender -no justificar- el michoacanzo, el hankazo y demás usos electoreros de la procuración de justicia en el calderonismo; pero los casos de los Generales y del titular de la SIEDO no responden a una lógica estrictamente electorera. Pudieron haber sido utilizados con ese sesgo, pero acusan facetas relativas a la lucha contra el crimen organizado, su monopolio por García Luna y el sometimiento a ella y a él del Estado y la sociedad en su conjunto.
No puedo dejar de asociar el pancho armado por Madero contra el cochinero Robles-Duarte, su desfachatada pureza y la proverbial doble moral panista, con las recientes liberaciones de Ángeles Dauhare y Ramírez Mandujano. Las torpezas de Duarte (perdón por el pleonasmo) y el tropezón chiapaneco del Presidente Peña, le abrieron a Madero una fuga hacia adelante, más se olvida el panista que 12 años de historia lo maculan indeleblemente.
¡Parajodas de la vida!, Cassez libre por haberla utilizado para vender una falsa imagen; Ángeles Dauhare y Ramírez Mandujano, libres por utilizarlos para ocultar algo que pudiera dañar el embozo.
El General Ángeles Dauhare fue subsecretario de la Defensa en el sexenio de Calderón y opositor a las estrategias impuestas en la masacre llamada guerra contra el crimen organizado. Inculpado por el testigo protegido y preferido, fue sujeto a un proceso plagado de irregularidades. Noé Ramírez Mandujano, titular de la SIEDO en el mismo sexenio, corrió igual suerte: mismo testigo y similares desvaríos en su proceso. Los dos hoy están libres por falta de méritos.
Curiosamente, las coberturas de estos casos han orientado su énfasis a la injusticia manifiesta, a la utilización facciosa y propia de las tiranías del "testigo preferido" y de los aparatos de procuración de justicia, y al necesario reclamo por deslindar responsabilidades. De lo que nadie se preocupa es del móvil.
¿Qué saben ambos para desatar la furia despiadada del Estado mexicano en su contra?
¿Qué sabe Ángeles Dauhare, a qué se opuso, qué podría develar para que el calderonismo se fuera contra él a pesar de generar un cisma en el Ejército mexicano?
¿Cuál fue la conducta y parecer del titular de la SIEDO para que la confianza depositada en él y su haber profesional fueran borrados por el testimonio del mentiroso preferido del calderonismo?
¿Qué ocultan sus acusaciones y procesos?
¿A quién pretendían proteger?
¿Qué desata el odio y la saña en su contra?
¿Qué hay atrás de ellas, para llevarse entre las patas dos prestigios impecables, la relación con el Ejército y la reputación de las instituciones de justicia nacionales?
El asunto no es Jennifer, es su ventrílocuo.
El asunto no es la injusticia, es su móvil.
El asunto no es el cochinero calderonista, es lo que oculta.
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