POLÍTICA

Conquistas

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Las conquistas sindicales son mansiones en San Diego, Ferraris en Miami y...

Lo único verdadero de las conquistas sindicales son la aceptación acrítica de su existencia y el absurdo de su admisión como argumento concluyente.

"Ni un paso atrás en las conquistas sindicales" oímos sin oír ni cuestionar.

Y si algo nos muestra el cosmos en su conjunto es que la única condición inamovible es la muerte. Si existiesen conquistas petrificadas, Egipto sería Alejandría y México Nueva España.

No existen verdades inamovibles. La solución de ayer, es hoy tesis en juego dialéctico.

Pero, además, lo que en México se conocen como conquistas sindicales no tiene nada que ver con la clase trabajadora. Nuestro sindicalismo no ha mejorado el jornal del trabajador, ni ha atemperado la opulencia ni la indigencia. Solo ha producido fortunas afrentosas de líderes corruptos.

Las conquistas sindicales son mansiones en San Diego, Ferraris en Miami y desfiguros urbi et orbi de los líderes sindicales mexicanos. Sus fortunas sí son actos de conquista, es decir, de guerra, ocupación y sumisión de los trabajadores bajo su control. Pero conquistas, a fin de cuentas, tan efímeras y caricaturescas como el prestigio y poder de quienes las detentan.

Para que haya derechos sindicales debe existir una relación obrero patronal. Donde no hay trabajo, no hay trabajador, ni derechos laborales que representar y defender.

El Sindicato Mexicano de Electricistas es una joya del surrealismo mexicano. Sus "conquistas" terminaron por matar a la fuente de trabajo. Los agremiados de este sindicato no tienen ninguna relación laboral y, por ende, ni trabajo ni derecho alguno que defender y que expliquen la razón de su organización; pero el ente subsiste con miles de millones de pesos en el bolsillo; miles de millones de pesos botín de una guerra de conquista y exterminio contra una empresa pública.

Conquistas, pues, que no tienen nada de obreristas, ni de justicieras.

Conquistas depredadoras de Gengis Kanes modernos que sólo dejan tierra arrasada a su paso y dólares en sus cuentas bancarias personales.

La naturaleza jurídica de una relación laboral es un trato entre un patrón y un trabajador para hacer un trabajo determinado, bajo ciertas condiciones y una contraprestación establecida. ¿Qué hay en esta relación que pueda ser heredado? ¿Cómo fue que llegamos al absurdo de heredar plazas de trabajo, como si fueran éstas bienes escriturados en propiedad al trabajador? Lo que existe es una relación, no una propiedad que pueda transmitirse por herencia. Y sin embargo, tuvimos que hacer una reforma ¡Constitucional! para prohibir que las plazas de trabajo se heredaran, cuando la propia naturaleza jurídica de un puesto de trabajo no lo permite. Ni el mismo André Breton pudiera entender tamaño surrealismo.

-Señor, aquí en la recepción se encuentran una niña de pecho con su mamá y un Notario, que dicen que vienen a que la pequeña se haga cargo del noticiero estelar de la noche que dejó vacante su difunto padre.

-Usted no se preocupe, la doctora falleció ayer, pero la operación a corazón abierto la va a ejecutar su hijo, el arquitecto, heredero legítimo de la Jefatura de Cirugía de este hospital.

Señor Gobernador, en la cajuela traigo el cadáver del hasta hoy Jefe de la Policía; antes de echármelo hice que me nombrara su heredero universal y si no quiere acompañarlo váyame tomando la protesta del cargo.

El absurdo ha llegado a tal grado, que en Michoacán unos estudiantes se han declarado en huelga hasta en tanto no se les asegure que al terminar sus estudios tendrán fuentes de trabajo e inamovilidad de por vida. ¿Se imagina Usted lo que serán estos Gremlins cuando crezcan? La APPO y la CNTE serán unas Madres Teresas a su lado.

En toda conquista sindical existen siempre dos constantes. Por un lado, un Estado que por molicie o contubernio ha cedido a locuras sin medida. Si a usted le ofende el estilo de vida de la otrora conquistadora Elba Esther, recuerde que tras de ella existió un ejército de funcionarios pusilánimes que, en detrimento de la educación y del erario público, consistieron todas sus exacciones.

Por otro lado, un trabajador que por las razones que sean reproduce siempre líderes corruptos que le roban y lo explotan.

En fin, la próxima vez que alguien defienda conquistas sindicales piense en San Diego y en Ferraris… y mándelo al diablo.

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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