POLÍTICA

¿Confusión o colusión?

¿Confusión o colusión?

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La Reforma Educativa no necesariamente debilita a Elba Esther

"Fuente de confusión" es para P. Hiriart la Presidencia del PRI (La Razón 30-i-13), cuyo titular, según Pablo, "no está a la altura del momento", al anunciar a voz en cuello una alianza con el Partido de Elba Esther.

Y razona: "Si dos partidos van juntos en una elección es porque comparten proyectos para echar a andar". Además, sostiene, que al anunciar alianzas electorales "le da oxígeno al partido que se ha opuesto a la principal reforma del sexenio porque toca privilegios de grupos sindicales".

Y debo aceptar que sus asertos suenan lógicos. Que Camacho ‘el bueno’ enderece un discurso rijoso contra los partidos firmantes del pacto (PAN y PRD) y, al tiempo, haga guiños a la villana del momento, pareciera, en una primera impresión, contradictorio, por decir lo menos.

¿Pero… y si fuera diferente? ¿Si Camacho ‘el bueno’ no sufriera confusión alguna y nos estuviera diciendo que sí está a la altura del momento, que comparte proyectos con "la maestra" y que, por ende, la Reforma no tocará los privilegios de su grupo sindical?

Dirán Ustedes que soy presa del "sospechosismo" o que he abrazado la fe del "compló" que ve la mano peluda de la mafia del poder en cada sombra, cada piedra y toda mirada. Pero no. Conozco a César Camacho y no es un pendenciero de banqueta, ni un adulador de ocasión. Quizás un poco cantinflesco en sus entrevistas, pero su discurso en este tema, creo, no pudiera ser más claro, preciso y revelador.

Veamos. La Reforma Laboral no tocó el Apartado B del 123 Constitucional. A "la maestra" no le movieron ni un pelo.

Por otro lado, la Reforma Educativa -a la que no le resto un ápice de importancia- impone la evaluación al docente y sus circunstancias, y busca recuperar el control de la política educativa por parte del Estado. Ambas cosas no necesariamente debilitan a Elba Esther. El diseño de la política educativa es una carga que "la maestra" puede ceder sin perder un mínimo de poder. Es tal el fracaso educativo, tan innegable la pérdida de varias generaciones en esta materia y tan largo y difícil el camino a recorrer antes de cosechar resultados, que desembarazarse de esta asignatura debe ser para ella un respiro.

"La maestra" puede ceder todo lo que quieran en materia del diseño de la política educativa, en tanto no le toquen un pétalo de su control sindical.

A final de cuentas, siempre podrá echarle la culpa al Estado y a su política de los fracasos educativos nacionales y alinear a sus maestros como una más de las víctimas de uno y otra.

Y como la evaluación va a ser del educador y de su circunstancia, a "la maestra" se le abren dos oportunidades. Por una, la evaluación desfavorecerá primigeniamente a sus detractores, la CNTE, más ignorantes que violentos. No hay manera que estas bestias peludas aprueben evaluación alguna. Así, la reforma puede salvar a Elba Esther de esta piedra en el zapato limpiando al magisterio de la CNTE. Ya está al aire la campaña de los buenos maestros contra los malos, desobligados y pendencieros. El Estado le barrerá la casa mientras ella toma el sol en Coronado.

Por otra, en lo que respecta a sus huestes, que también saldrán reprobadas, pero con mejores notas, "la maestra" podrá alegar que la misma evaluación muestra que son las circunstancias las que impiden el óptimo desempeño de los docentes. En parte tendrá razón, aunque se guarde confesar que lo desventajoso de las circunstancias deviene en gran medida de la depredación hecha de los presupuestos federales por parte de su sindicato y liderazgo.

La prohibición de heredar plazas tampoco es algo que forzosamente la debilite; las posiciones que antes quedaban fuera de su alcance y a disposición del arbitrio de quien las heredaba, ahora podrán caer bajo la influencia del sindicato.

Ahora bien, sabemos que la Reforma tardará años en fructificar y que el Estado no puede, en tanto, dejar de educar a los niños, aunque sea con maestros que no están debidamente capacitados. En esa tesitura, pronto podríamos ver a La Maestra al lado del Presidente firmando una cruzada por el salvamento del magisterio nacional en beneficio de los niños mexicanos.

Además, la Reforma constitucional en materia educativa debe bajarse a la letra chiquita de la ley y sus reglamentos, y es allí donde La Maestra se asegurará que todo cambie para que nada cambie, por lo menos en lo que toca a su poder.

Pareciera que Camacho ‘el bueno’ lo sabe, o al menos eso, también, pudiera interpretarse de su discurso.

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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