El TLCAN y twitter...

El gran prestigio de la diplomacia mexicana enfrenta hoy uno de los retos más grandes de la historia de nuestro país.

Me refiero al desafío que le representa descifrar la complejidad intencional del proceso dialéctico proveniente de la Casa Blanca, cuando ésta difunde ante el mundo entero entre otras destellantes incongruencias, que suya y solamente suya, es la desventaja en el terreno de los resultados comerciales con México dentro del TLCAN.

Sin dejar de considerar seriamente que el entramado comercial a causa de la infinidad de factores que surgen de una trilateralidad como lo es la del TLCAN debe ser motivo de diagnóstico severo, es obvio que todo juicio valorativo acerca de sus vicios, si los hubiera, no debe ser unilateral.

Entrando en el terreno de la ética diplomática, es verdaderamente inapropiado y más tratándose de la casa presidencial de los Estados Unidos, que sea a través de mensajes en las redes sociales, como se anuncien posturas comerciales amenazantes.

Pareciera que como resultado de la pérdida de foco estadounidense hacia los equilibrios provenientes del buen juicio, los mexicanos tuviéramos que tolerar la actual inexistencia del freno cauteloso que todo estadista debe poseer para honrar a la comunidad que representa.

Concretamente, preguntaríamos que es lo que impide que la Casa Blanca espere con silencio prudente los resultados de las rondas hasta que sean públicos y expuestos a la opinión global trilateralmente.

La supremacía buscada de esa manera, lejos de engrandecer apoca y empequeñece.

Pero, dado que los mexicanos somos intuitivos, no debemos dudar que si las amenazas arancelarias del Presidente Trump son rigurosamente ciertas, quiere decir que provienen de profundos análisis financieros y que por lo tanto, su planteamiento vertido así, de manera amenazadora, lejos de dañarnos, poco a poco nos irá abriendo camino hacia la real identificación de los temores y las debilidades norteamericanas.

Entonces, veámoslo así: por un lado lamentamos que la Casa Blanca se abstenga de reconocer que por tratarse de un asunto que implica a dos países socios, sus comentarios deban ser dados en el seno de la concordia trilateral; pero por otro lado, quizás debamos alegramos de tener la posibilidad de descubrir así, por twitter, ésta y otras importantes jugadas comerciales estadounidenses.

Si tomar ventaja es conocer las cartas que tiene el jugador de enfrente, no debe llamarse tramposo al jugador que las ve a causa de la manía del que las exhibe mediante tweets.

Para finalizar, yo diría que los mexicanos debemos celebrar y reconocer con aplauso la paciencia y la prudencia de nuestra cancillería y de nuestros negociadores comerciales, cuando después de haber dialogado exhaustiva y civilizadamente con sus contrapartes, conocen a través de Twitter, la verdadera postura del presidente estadounidense.

Viva la diplomacia mexicana

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