POLÍTICA

El riesgo no es pactar, sino quedarse sin pretexto

El riesgo no es pactar, sino quedarse sin pretexto

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Si se cambia la estrategia contra el crimen organizado -y no necesariamente por pacto-, el fantasma del narcoterrorismo se vendrá abajo y con él cualquiera que sea la estrategia que persigan nuestros vecinos y sus aliados históricos

Calderón pareciera urgido de una intervención norteamericana. De allí su declaración que, de regresar, el PRI pactaría con el narco.

El eterno ritornelo de Calderón es una fuga hacia adelante. Al no poder justificar el sangriento fracaso de su estrategia, busca espantar con el "Ahí viene el lobo".

Cada vez que le echan en cara su fracaso responde que si no hubiera actuado las cosas estarían peor: "Imagíneme a mí, Presidente de México, esperando cinco o 10 años (para tomar acción) mientras los criminales vienen a tu casa, toman ventaja de tu gente, tomando el control de los gobiernos que quisieran. ¡Es absurdo!" (El Universal 16/10/11)

Nadie le ha dicho que no hiciera nada. Su argumento es falso y tramposo. Se le reclama, sí, no haber hecho algo diferente, más eficaz y menos sangriento.

Pero regresemos a sus palabras: Imagíneme, dice, no hacer nada mientras "los criminales vienen a tu casa (y) toman ventaja de tu gente". Y otra vez, "Ahí viene el lobo", pero, ¿No acaso los criminales, cuando no la fuerza pública, entran ya en nuestras casas y toman ventaja de nuestra gente?

Y claro, ¡no podía faltar el colofón partidista!: "Tomando el control de los gobiernos que quisieran". Aquí el mensaje lleva varias afirmaciones implícitas: "Ahí viene el lobo" y se va a apropiar de los gobiernos que quiera, a menos que sean panistas. O sea: cualquier otra posibilidad es susceptible de pactar o ser dominada por el crimen, sólo los panistas no. Lo que nunca explica es cómo y por qué, si ellos no pactan con el crimen organizado y lo combaten a sangre y fuego, es en Estados no gobernados por el PAN donde esa guerra se hace más virulenta. ¿No acaso debiera ser al revés, que la lucha tuviera mayor fiereza donde no se pacta con el crimen y se le persigue a muerte?

Tampoco es explicable que en lugares donde, según él, existe pacto, de la nada aparezcan decenas de cadáveres en la vía pública, como si el crimen organizado reclamase a gritos la presencia de las fuerzas federales donde sin ellas imperaría a sus anchas.

En el ámbito interno la aseveración de Calderón es gravísima. Es un señalamiento expreso y directo contra un Partido Político Nacional, es una incursión disruptiva en el proceso electoral, es un acto de parcialidad desde el Ejecutivo Federal, es guerra sucia, es reventar cualquier posible acuerdo legislativo de los que reclama con esquizofrénica conducta y es, nuevamente, llevar la criminalización y judicialización al ámbito electoral.

Si el Presidente sabe de pactos de alguien con el crimen organizado está obligado constitucionalmente a perseguirlo bajo el debido proceso de ley.

La afirmación de que son los priistas, en abstracto, sin señalar personas, modo y circunstancias, es una cañada política y una bajeza electoral. Justificarse a destiempo aduciendo que Sócrates Rizzo (un cadáver político) lo propuso, sin hacerse cargo que él no se representa más que a sí mismo, y no señalar que Fox también lo propone, es cobardía e hipocresía.

Si sabe de algún priista en particular que haya pactado con el crimen organizado y en lugar de proceder en su contra cocina a fuego lento la nota para mejores tiempos electorales, su guerra y los más de 50 mil muertos habrán sido por propósitos partidarios.

Finalmente, lo más grave es decirlo para el extranjero. Pareciera estar alertando a sus aliados en Norteamérica de que si se cambia la estrategia contra el crimen organizado -y no necesariamente por pacto-, la venta de armas a bandas criminales y gobierno será menor en perjuicio de la economía norteamericana, la droga que cruce sus fronteras podrá provenir de cualquier cártel y su violencia y guerras cruzarán con ella por igual, alterando los equilibrios que hoy prevalecen en el mayor y más sigiloso mercado de drogas. Saldrán a relucir, como ya existen botones de muestra, pactos del gobierno norteamericano con cárteles mexicanos y tal vez también del nuestro; los arreglos con el sistema financiero para lavar el dinero producto de ese mercado pudieran quedar develados y, finalmente, el fantasma del narcoterrorismo se vendrá abajo y con él cualquiera que sea la estrategia que persigan nuestros vecinos y sus aliados históricos.

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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