POLÍTICA

Mentiroso y cobarde

Mentiroso y cobarde

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Sólo hay algo peor que un mentiroso, y eso es un culero

Encuerado por su compañera de viaje (que no se alarme de amanecer mojado quien duerme con niños, ni desprestigiado quien se alía con la "maestra"), Calderón terminó aceptando que ¡respetó! a la Gordillo posiciones a cambio de la reforma educativa. ¡Vive Dios!

O peca de inocente o nos cree tontos.

Calderón dixit: el acuerdo "implicó, entre otras cosas, que yo como Presidente de la República, respetara posiciones o perfiles que le habían sido reconocidos o negociados, no sé, desde la administración anterior (…) finalmente (fue) el hecho de que personas afines o por lo menos aceptadas por la maestra estuvieran en Lotería Nacional o en el ISSSTE, por ejemplo. Era un acuerdo que venía antes de mí y que yo efectivamente respeté, y respeté en el entendido de que con la maestra Elba Esther Gordillo iniciaríamos reformas estructurales importantes en el País."

Sólo hay algo peor que un mentiroso, y eso es un culero.

De entrada alarma, y Calderón debe aclarar, el "entre otras cosas", porque si además de lo confesado existe algo más pactado y aún oculto a la opinión pública, está obligado a ponerlo ante los mexicanos ya.

Calderón presume que no pacta con la mafia, pero eso fue precisamente lo que hizo: nada más cercano a la delincuencia organizada que la mafia con la que pactó y permanece aliado. Entre vender droga y esparcir ignorancia y estulticia a nuestros hijos y chantajear a gobiernos y partidos sólo hay un paso y únicamente Dios sabe cuál sea mayor negocio.

Ahora bien, que él sólo se haya concretado a reconocer o respetar "posiciones o perfiles (…) que habían sido reconocidos o negociados, no sé, desde la administración anterior", lo pinta de cuerpo entero: la culpa siempre es de otro, él es una blanca paloma que cree poder cruzar el pantano sin manchar su plumaje. ¡Pacta con la maestra pero es demócrata, pacta con el PRD para vencer al PRI con candidatos del PRI! Ensangrienta al país pero la culpa es del pasado. Ordena el michoacanazo y culpa al poder judicial cuando por falta de méritos tienen que salir los inculpados. Manda apresar a Jorge Hank y el Ejército mexicano tiene que cargar con el desprestigio de la pifia en que resultó el operativo. Lástima que ahora no pueda culpar a su odiado PRI de su elbista pacto putrefacto, aunque bien haya sido encamado y violado con lo peor del priismo cavernario.

Calderón alega que sólo pactó reconocer o respetar posiciones escrituradas a Elba Esther a cambio de que ella impulsara la reforma educativa y miente.

Miente porque los cargos públicos no tienen dueño y porque como Presidente, de saber que había dependencias escrituradas a una persona, debió rescatarlas para la Nación.

Miente porque no fue a cambio de ningún compromiso educativo, mercó posiciones públicas a cambio de turbios favores electorales.

Miente porque compró el voto corporativo que merca la maestra a cambio de cargos en la administración pública.

Miente, porque los cargos públicos deben encomendarse en atención a capacidad, experiencia y compromisos de desempeño, no como pago a ilícitas componendas electorales.

Miente porque nada tienen qué ver el ISSSTE, la Lotería Nacional y el Sistema Nacional de Seguridad con la educación y sus reformas estructurales: ¿En qué podrían ayudar los funcionarios de estas dependencia al sector educativo y sus reformas, cómo, por qué, con qué presupuesto y funciones? ¿Por qué estos organismos públicos y no otros más afines? ¿Por qué sólo dependencia con acceso a grandes recursos económicos?

Miente porque de reformas estructurales educativas no hay nada en este sexenio, salvo mayores recursos no auditados en favor del sindicato, que no es lo mismo que del magisterio.

Miente porque el pacto fue por la compra y coacción del voto, figuras delictivas que pueden implicar al Presidente de la República, a la líder sempiterna de un sindicato, a un partido político nacional.

Miente porque su gobierno jamás tuvo por derrotero un desempeño eficaz y un propósito de desarrollo y justicia; lo guía la componenda en lo oscurito, los pactos inconfesables, las alianzas y aliados vergonzosas, las cuotas, las filias y las fobias.

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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