AYUDA HUMANITARIA I
Si no sabes nadar, aprende a nadar; si sabes nadar, ponte en forma. Si estás en forma, práctica en ríos o en mar abierto con alto oleaje y contra corriente; y si ya lo haces, aprende control mental, que no es lo mismo nadar una hora que 10.
Si acostumbras caminar, ponte a correr; si corres empieza a subir cerros; si ya los trepas, aprende técnicas de sobrevivencia. Y si todo eso lo haces, felicidades, que serás de los pocos que podrán sobrevivir a los efectos por el Cambio Climático. Con tales habilidades, no olvides tener a la mano una mochila con tu identificación, algo de dinero, cerillos, botella para agua, cacerola pequeña, una aguja, cinta adhesiva y un cuchillo. Por lo pronto acostúmbrate a comer menos y baja la panza. Pronto lo requerirás: feliz sobrevivencia.
En las últimas 10 entregas en las que abordamos el tema sobre el Cambio Climático y nuestro Plan Maestro, quedó claro el modo como hemos depredado el planeta y lo que viene.
Desafortunadamente las consecuencias por la devastación de nuestro planeta serán mortales para millones de habitantes de todos los continentes, y ante la alta posibilidad de que el ser humano no haga nada el respecto, por lo pronto, en estos textos detallaremos algunas formas de reacción y labores de respuesta que debemos ir planeando para sobrevivir a sucesos extremos derivados de los fenómenos de la naturaleza (nótese que no usamos el término "desastres naturales" porque ello solo denota la ignorancia y el narcisismo del ser humano de creer que es el centro del universo; y además, porque, en todo caso, el desastre para la naturaleza es el propio ser humano y no las manifestaciones de ella).
Hoy, todos por igual, estamos expuestos a padecer las consecuencias de un sismo, una tromba, ciclón o huracán, algún tsunami o inundación, y otras demostraciones intensas de la naturaleza. Cuando los debamos experimentar de frente, solo los más fuertes sobreviviremos; cuando sea por casualidad o al azar, entonces el resultado quedará sujeto al mismo vaivén: seamos realistas. Por ahora concentrémonos en prepararnos y asistir al prójimo.
De aquí la relevancia de la ayuda humanitaria, que es solidaridad plasmada en una acción específica o varias, dirigida(s) a favor de un afectado o víctima, o varios de ellos, sea que se trate de una afectación o daño a la integridad física o mental, por daño a su vida y/o familiares, a su(s) forma(s) de vida o inclusive al patrimonio.
Dada la impresionante conectividad que existe en la actualidad, las personas en general, para bien, son más sensibles y propensas a ayudar. Y de igual manera las colectividades, las empresas, los gobiernos y hasta la comunidad internacional que son más perceptivos y reactivos. Existen agrupaciones cuyo propósito de existencia y misión es precisamente extender ayuda humanitaria: la Cruz Roja, UNICEF, Médicos sin fronteras, cuerpos de emergencia y algunas agrupaciones de los ejércitos o guardias civiles de ciertas naciones; y desde luego los miles de voluntarios que año con año hacen trabajo social incansable, que incluso, arriesgan su vida por salvar a un extraño que en ese momento clama por su ayuda. Un ejemplo cercano al que me honro estar vinculado de alguna forma es la Brigada de Rescate del Socorro Alpino de México.
En todos ellos se han amalgamado las acciones de ayuda humanitaria a favor de quien lo necesite en el momento en que lo necesite: ellos ejemplifican una de las más nobles y grandes virtudes de la raza humana, porque en su intelecto y alto espíritu no conocen de discriminación ni de privilegios. Para ellos todos somos iguales. - Y que conste que si ideologías equivocadas quisieran aspirar a algo similar, que de ellos aprendan, para quizá, finalmente, algún agraciado día, logren su cometido.
Bajo el manto y enseñanzas de esos héroes anónimos, que son los más grandes por su recóndita intervención, surgió, como anilla de la ayuda humanitaria, la cultura de la protección civil.
El pasado sábado 6 de abril tuve el privilegio de asistir al Tequio del Barrio de Santa Martha en la Alcaldía de Milpa Alta, como Embajador Social y Deportivo de la Ciudad de México y a invitación de la Jefa de Gobierno y del titular y miembros del Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia, en donde presenciamos y participamos en una actividad de ayuda humanitaria impulsada por la propia comunidad.
El Tequio de acuerdo al SEPI es "servicio comunitario (también conocido como jornada, faena, Kejmuntiunke, juntar las manos, tequitl, tarea comunitaria, córima y trabajo de en medio), siendo una práctica de los pueblos indígenas mediante la cual sus integrantes hacen obras y acciones a la comunidad de manera solidaria y gratuita, en mejora de las condiciones de vida."
Participan niños, jóvenes, adultos mayores, mujeres, hombres y la comunidad entera en conjunto con líderes y gobernantes, en días de asueto o en las ocasiones que las necesidades lo apremien.
- Es labor social y comunitaria. -
- De hecho desde siglos atrás y en nuestra tierra. –
Porque en el corazón de los mexicanos si algo es fértil y humano es justamente la solidaridad y la ayuda humanitaria.
"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo."
- Eduardo Galeano –
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