POLÍTICA

Re-fuero

Re-fuero

Foto Copyright: lfmopinion.com

"No somos políticos tradicionales… no tenemos precio", repite El Peje cual chachalaca. Se antojarían extrañas semejantes concepción y valoración de la política y de los políticos de alguien que ha dedicado su vida entera a tan noble actividad, aunque en su caso pervirtiéndola en una productiva industria del chantaje. Que esa y no otra es la carta de presentación de El Mesías.

Guardo, sin embargo, la impresión que el mensaje es cifrado y que debidamente decodificado reza: "No me han llegado al precio."

Y para que vean que no me obnubila ningún subjetivismo complotista invoco a uno de sus compañeros (efímeros) de viaje, el impúdico Muñoz Ledo, quien nos dice que "no hay democracia cuando no hay historia." (Avenir 02/08/2006)

Acudamos entonces a la historia: Es ampliamente conocido que en época de Salinas, semanas antes de cualquier conmemoración que implicara el uso del Zócalo capitalino (1° y 5 de mayo, 1° y 15 de septiembre, 20 de noviembre) religiosamente El Peje con sus huestes tabasqueñas posaban sus reales en su plancha con la aquiescencia y colaboración del "leal" Camacho y su carnal Marcelo. Por igual, se sabe que uno o dos días antes de la conmemoración del caso lo abandonaba sin explicación alguna y sigilo total; eso sí, sin que su demanda hubiese sido resuelta, dejando abierta la puerta para el subsiguiente plantón, correspondiente cobro y graciosa retirada, ya que se dice que se trataba de un "Pago por Evento" que Camacho cubría tan gustosa como jugosamente.

Algo negoció entonces, y varias veces, para venir reiterada y puntualmente, como para retirarse ídem. Lo único que jamás negoció fue la causa social que utilizaba como coartada y cuya resolución lo hubiese dejado en total estado, ya no de indefensión, sino de "intimodación" (de timo).

Más tarde, cuando Zedillo, escaló el conflicto de la toma de pozos petroleros hasta doblegarlo a dictar el aberrante no ejercicio de la acción penal en su contra. Tan negoció y le llegaron al precio que hay anda tras campante no obstante sumar por docenas averiguaciones previas por delitos que no aceptan caución.

En el desafuero también le llegaron al precio, aunque ello significase subvertir, desde el Estado, el Estado de Derecho y la división de Poderes.

Así que no nos venga con baños de pureza quien ha operado siempre en las cañerías del sistema. A otro lado con el cuento de que no se vende. De no ser así no estaría rodeado de los peores especímenes mercenarios de la política partidista.

Por tanto, para mí, todo se reduce al precio que dice no tener, pero recuerda a todos, todos los días.

¿Cuál puede ser éste cuando ha logrado la mayor representación parlamentaria del PRD en el Congreso y arrasó en el Distrito Federal? Por sus actos se ve que el PRD no es su preocupación y que está dispuesto a llevárselo al despeñadero.

Menos puede ser la izquierda a la que ha aniquilado sin misericordia. Tampoco lo son los pobres a los que siempre ha explotado para sus fines políticos personales.

¿La democracia? ¡Por favor! Seamos serios. Un demócrata se reconoce por aceptar las reglas del juego y sus resultados, no por querer imponer unas y otros.

¿México? Un nacionalista verdadero jamás enfrentaría a hermanos por sus apetitos y delirios personales. Un verdadero político -de esos tradicionales que tanto menosprecia- apostaría a la gobernabilidad del País, no a su parálisis y caos. Y aquí es donde Cuauhtémoc puebla sus desvelos y pesadillas en la soledad de la fría noche sobre plancha del Zócalo capitalino, donde el acuerpamiento de su hueste no impide que la realidad con su incómoda carga de responsabilidad se cuele por las costuras de su tienda de campaña.

No, ninguno de estas causas y valores es el precio de su no precio. La clave se halla en el desafuero.

A El Peje le aterra vivir sin fuero.

Es difícil que él lo entienda, pero el fuero es una garantía para la función pública, no para la persona. Para que nadie pueda por denuncias frívolas impedir que alguien electo o designado cumpla la función a su encargo se protege la función con fuero y el procedimiento especial de desafuero para proceder contra el funcionario que ejerce tal función. Pongamos que México se ve en la necesidad de designar un presidente provisional por la Comisión Permanente y que al Jefe de Gobierno del Distrito Federal se le ocurre arrestar a más de la mitad de sus miembros por escupir en la calle, entre que son peras o manzanas la función de gobierno no se cumple y se deriva en una crisis y a las vías de hecho (que tanto le gustan a nuestro personaje).

Bien. El hecho que El Peje no tiene en su futuro función pública alguna y, por ende, fuero tras el cual protegerse. Cierto es que perdió su fuero cuando renunció al cargo de Jefe de Gobierno, pero asumió otro, digamos político y sutil, por haber vencido el desafuero (al derecho y a las instituciones con él) y ser prácticamente candidato a la presidencia y puntero, entonces, en las encuestas.

Esa especie de fuero electoral está a punto de fenecer. Acabará con la calificación del Tribunal. Y resulta que El Peje tiene muchos enemigos, y no hablo de los mitos geniales del "Innombrable" y "Los Ricos", sino de enemigos reales con agravios concretos y expedientes jurisdiccionales abiertos. Tengo de entrada la impresión que los delitos por la toma de pozos petroleros no se han dejado prescribir y están vivitos y coleando. Más eso ya es lo de menos: los segundos pisos, el endeudamiento del DF, los particulares encarcelados por persecución política o estrategia mediática, los aliados a quien será imposible cumplir, los acreedores políticos, económicos y morales que le apostaron a la campaña, los Cárdenas, los Roblistas, los Ahumada, los Madracistas, los Camachos y demás "banqueteras", las tribus perredistas marginadas, Roberto Hernández y hasta Nico que ya se soñaba Vicepresidente.

El Peje tiene muchos seguidores, pero también muchos detractores.

El gordito Encinas se halla en la misma posición, pronto cejará su fuero y nadie le garantiza salvarlo del fuego enemigo pero sobre todo amigo. Las finanzas públicas del DF, el financiamiento a la campaña y a los plantones, las responsabilidades por omisión y comisión se le acumulan y no se ve quien pueda salir en su ayuda.

Ante ese panorama, qué busca El Peje, lo único que ha logrado en todos y cada uno de sus movimientos, marchas y plantones: impunidad. Que el Estado lo salve de todos sus adversarios, empezando por el Estado mismo. El Peje anda en busca de un "Re-fuero" por haber sido candidato perdedor y traer a los pobres en la bolsa de su pantalón.

Por eso el escalamiento y por eso el domingo, 34 días antes de la hora final.

Mañana, como siempre, horas antes del día "D", sea éste el 1° de septiembre o el 6 del mismo mes El Peje enrollará su sleepingbag y su tienda de campaña junto con su discurso incendiario y dejará libre la plaza tras haber alcanzado el precio de un político no tradicional.

Por cierto, cuando se refiere a políticos con precio, ¿estará pensando en Muñoz Ledo que cobró como embajador en Europa cinco años del foxiato? .

Finalmente, queda claro que la toma de Reforma, Juárez, Madero y el Zócalo por un plantón de carpas pagadas por el Gobierno del Distrito Federal no sólo bloquea el paso de la ciudadanía en general sino, y principalmente, la ruta de sus marchas. ¿Por qué cerrarse esa opción? Porque sabe que cada vez serán menos nutridas, entusiastas y dogmáticas sus marchas, y así evita mostrar el desdoro y debilidad de su movimiento y porque está negociando.

"No somos políticos tradicionales. No tenemos precio, sólo queremos un fuero personal."

#LFMOpinión
#Política
#Fuero
#AMLO


Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

Sigueme en: