De la democracia a la lucha de clases
Foto Copyright: lfmopinion.com
El "Voto por Voto" no es más que una gran cortina de humo para mantener entretenidos a adversarios, autoridades, medios, analistas y gran público. No es más que una gran Chachalaca.
López Obrador sabe que su estrategia legal no tiene posibilidades y que los supuestos decenas de miles de pequeños fraudes en que ha devenido su desastrada impugnación, no pasan de ser errores no determinantes para el resultado de la elección.
Pero López no busca que cuenten voto por voto, tampoco alterar los números electorales, menos la nulidad de la elección.
AMLO busca lo único que sabe hacer, movilizar gente, enardecerla, enviarla de carne de cañón, doblegar leyes, instituciones y, ahora, al propio Estado Nacional.
Mientras todos volteamos a ver el "Voto por Voto" y discutimos sobre cartitas y ditirambos de Camacho, Monreal y el desperdicio en que devino Núñez, la verdadera estrategia se teje en las redes ciudadanas, en los Panchos Villas, en los taxis piratas, en los CGH’s, en las prepas populares, en los ejidos y colonias populares, la estrategia de pobres contra ricos, la de los dos Méxicos en que AMLO ha dividido y enfrentado el País.
No dudo que pretenda poner a los Magistrados en la disyuntiva de escoger entre anular la elección y la rebelión popular, pero en todo caso lo hace como plan alterno. Su estrategia primigenia es soliviantar a la gente contra los ricos, los explotadores, los corruptos y contra su socio, todo gobierno que no sea perredista, restando quizás al de Michoacán por traidor.
Y para que todo mundo vea que la elección fue fraudulenta no dudaría un momento en llevarse entre las patas a Marcelo Ebrad, desconociendo también su elección, y recuperando la plaza y partido que aprecia perdidos en manos del hasta ayer compinche Marcelo.
López Obrador nunca ha creído en la ley, ni en los Tribunales y siempre que se ha enfrentado a ellos los ha doblegado a base de presión y movilizaciones políticas.
Debo señalar que este monstruo es producto del PRI, lo digo no con ánimo vindicante, aunque es de justicia reconocer que el terminado se lo debemos al PRD y al PAN: El PRI primero lo formó, luego lo corrompió y terminó siendo su rehén. Mario Trujillo lo formó con jóvenes de su generación, González Pedrero le dio juego estatal y no supo cómo pararlo, Cárdenas lo hizo candidato al gobierno del Estado cuando él sólo aspiraba al Palacio Municipal de su natal Macuspana, más tarde lo hizo Presidente del PRD y candidato a la Ciudad de México para, finalmente, ser, muy respetuosamente, arrumbado en la historia de los trastos inservibles; Camacho financió, y jugosamente, todas sus marchas y plantones en la época de Salinas, Moctezuma le armó el teatro de las cajas con documentos contables de la campaña de Madrazo y dispuso el escenario en el Zócalo con Creel y Ortiz Pincheti, entonces paradigmas de la apolítica, la ciudadanización y el apartidismo. Zedillo cedió ante la toma de pozos petroleros y luego le dobló las manos al PRI para que no impugnara en Revisión Constitucional su inelegibilidad por falta de residencia para ser Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Fox y Creel lo envanecieron con el desafuero y luego lo lanzaron al estrellato reculando al último momento, por último Fox, al meterse torpemente (What else?) en la campaña, distorsionó la contienda poniéndolo a pelear contra él y no contra sus contendientes.
Y este Frankestein ahí está. No cree en Jueces, ni en Leyes, ni en Tribunales. No cree tampoco en el "Voto por Voto y Casilla por Casilla", pero sabe distraer al adversario con luces de bengala mientras teje las redes para hacerse de un poder que siente suyo por mandato divino.
Ése es un problema, el otro es que con Fox se deshizo el Estado de Derecho, aquél que tiene a su cargo hacer prevalecer la ley, el orden, las libertades y la paz.
Catilina acampa a las afueras de la ciudad y no hay Senado, ni Cicerones que lo detengan.
Preparémonos. La democracia en manos de idiotas (en la acepción de inútiles de Pericles) nos derivó a la lucha de clases.
Bienvenidos a la pesadilla.
#LFMOpinión
#Política
#LuchaDeClases
#EstadDeDerecho
#AMLO