POLÍTICA

Irresponsabilidad

Irresponsabilidad

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Lamentable ayer López Obrador en Canal 11, alegando inconsistencias en dos casillas de los reportes del IFE cuando él tiene las actas de las mismas y sabe que ellas son las que cuentan. ¿Por qué no las muestra? Porque no vende.

Si hay errores y hasta alteración en actas para eso está el Tribunal; si hay errores o alteraciones en las actas el cómputo se corrige, si hay fraude se anula y sanseacabó. Pero derivar de dos casillas y reportes por él mostrados la descalificación total de la elección presidencial parece, por decir lo menos, poco serio.

Ortega y Camacho por su parte culpan a Calderón de la agresión de que fue objeto por las huestes perredistas, descalifican al Consejo Coordinador Empresarial y acusa al "gobierno" de ¡presionar! al IFE y al Trife.

Lo del Consejo Coordinador Empresarial se explica por la torpeza de sus recientes acciones que en nada contribuyen a serenar los ánimos, pero lo de que Calderón provoque las agresiones perredistas y las supuestas presiones a autoridades electorales suena más a la propaganda negra de que tanto se duele AMLO pero que tan bien maneja.

Presión, la de ellos; provocación, la de ellos; agresión la de ellos; confrontación la de ellos.

Desgraciadamente su estrategia confirma que no buscan aclarar, sino confundir, serenar sino enardecer, respetar sino presionar.

Tienen registro de partido, pero se conducen como porros.

El engaño irresponsable suele ser efectivo, más no tener final feliz.

Soliviantar al pueblo, incendiar la pradera, provocar la estampida es fácil y, casi siempre, irresponsable; serenarlo, regresarlo a la paz y al orden en libertad y ley suele llevarse muchos años y más sangre, sudor y lágrimas y, otra vez, casi siempre, llevando de por medio interludios dictatoriales.

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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