POLÍTICA

Un país en llamas

Un país en llamas

Foto Copyright: lfmopinion.com

Llegamos al final del proceso electoral -y de sexenio- con saldos que, calificados bondadosamente, no pueden ser más deplorables.

Un Presidente y "gabinetazo" que jamás supieron ser gobierno, estar a la altura del prestigio de México, ni actuar conforme a los altos fines de la Patria.

Un sistema de partidos deslavado, extraviado en personalismos e indefiniciones ideológicas, entregado a los publicistas, rendido ante el altar de la nueva deidad, la televisión.

Instituciones deslavadas y a medio desmantelar. Algunas con buena "calificación" demoscópica, pero sin arrestos, siquiera, para hacerse oír.

Un país en llamas a quince días de la elección. Incendios propiciados desde el gobierno en una clara y burda estrategia de descarrilar la democracia en los Estados donde sabe que su candidato no va a ganar. Fox está a punto de pasar de trasnochado aprendiz de brujo a moderno Nerón cuya ignorancia, estulticia y antidemocracia alimentan la hoguera donde arde México.

Un clima enrarecido por la campaña del miedo de la derecha, de confrontación de la izquierda y parcialidad gubernamental.

Un nada democrático vacío informativo para el PRI, el avieso propósito de descarrilar su vida interna, manchar su prestigio y decapitar a sus gobernadores.

Una izquierda, la verdadera, retraída, ausente, expectante. Ofendida por, y avergonzada de, quienes se apoderaron de su emblema sin hacerse cargo de sus banderas.

Un agotamiento de los partidos pero también de un sistema electoral que, si bien joven, es una malformación creada por los intereses de los propios partidos, que nunca atendieron los de la Nación.

Una política denigrada por la ciega y estúpida imitación de la norteamericana, en la que lo único que prevalece es esparcimiento de la mierda con ventilador.

La era del spot político se inauguró con las reformas del 96, junto con el financiamiento público que terminó por enloquecer a los partidos. Spot y dinero se apoderaron de la política. Fox es producto y víctima de ello. México antes que él.

Nos dicen que no puede haber democracia sin medios. ¿La puede haber sin deliberación ciudadana? ¿Es posible deliberar en la cultura del spot y en un mundo donde la única voz es la del dueño de los micrófonos?

Una ciudadanía harta de tirios y troyanos, del escándalo, de la vacuidad, del espectáculo denigrante del linchamiento nuestro de cada día.

Ruido sin mensaje.

Estridencia en vez de razón.

Ofertas de merolico y no proyectos y programas.

Confrontación en vez de concertación.

División en lugar de unión.

Odio en vez de hermandad.

Cerrazón y no apertura, diálogo, respeto y tolerancia.

Gane quien gane del empate técnico entre tres -no de dos, por más que así nos lo quieran vender gobierno, PAN, PRD y medios- recibirá un país en llamas, enfrentado, moralmente quebrado y políticamente inviable.

Ahora sí, como diría un clásico devaluado, ¡Bienvenidos a la pesadilla! o los saldos del cambio.

#LFMOpinión
#Política
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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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