AQUELLOS TIEMPOS

Encuentros frustrados

Encuentros frustrados

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Trama Vaticano y Washington sobre Guerra Cristera

Es de suma importancia establecer que se urdió un plan específico para frenar el comportamiento persecutorio del presidente Calles a los católicos, a base de una intervención diplomática discreta y sutil. De tal manera que no se notara la verdadera intención del embajador Morrow, a petición específica del presidente Coolidge, quien a su vez respondía a las peticiones del Vaticano vía la Jerarquía Eclesiástica. De cierta manera el P. Burke representa a los intereses directos del Episcopado Norteamericano y será el enlace entre ellos, el Sr. Olds, del Departamento de Estado y el Embajador de México.

Veamos cómo se fue construyendo el plan, acorde a estas investigaciones de archivo.


SE PLANEA EL ENCUENTRO DE UN SACERDOTE AMERICANO CON CALLES.


En el memorándum segundo del P. John J. Burke de enero de 1928, relata lo siguiente:

"Hoy al mediodía he tenido una conversación con el Sr. Olds, Subsecretario de Estado. Le comenté al Sr. Olds que había pedido instrucciones a mis superiores acerca de la posibilidad, cuando la ocasión se presenté, para ir a México y hablar con Calles. Le señalé que el Comité Administrativo del N.C.W.C me había encargado de agradecerle al Departamento de Estado por mostrar buena voluntad, y que de parte de los Obispos Americanos se hiciera pronto todo lo posible acorde a las circunstancias. El Sr. Olds respondió que no parecía del todo adecuado que se le deba de agradecer al Departamento de Estado, porque toda la operación no era oficial, sino sólo una muestra personal de buen oficio de parte del Sr. Morrow: que hasta ahora no había ninguna otra propuesta en el escenario y que la sugerencia del Sr. Morrow de que un sacerdote americano fuera a la Ciudad de México resultaría efectiva.

"El Sr. Olds, después me comenta que me había buscado para ver la posibilidad de trasladarme a la Habana, durante el Congreso Panamericano: estando allá el Sr. Morrow, quien estaría contento de hablar conmigo en relación a la situación religiosa en México. Le respondí que en este momento no podía tomar una decisión. El Sr. Olds habló largamente acerca de la importancia de hacer este viaje a la Habana. Me dijo que, cuando decidiera ir, se lo notificaría a Morrow y me daría su dirección en la Habana. Agregó que una conversación así con Morrow debía mantenerse en privado: que los periodistas no los deberían ver juntos y que mi viaje a Cuba no debería de ser reportada a los periódicos.

"El Sr. Olds después se refirió al tema del Arzobispo Orozco, y comentó que era cierto que la protesta de Morrow al Presidente Calles, habían producido resultados y la persecución del Arzobispo había cesado." (p11)

Posteriormente se habla de los asuntos que se tratarán en la conversación entre el P.Burke y el Embajador Morrow (SCAES, Messico, 1928-1929 Pos. 521 P.O. Fasc 228 p. 12). El punto número uno dice lo siguiente:

"Agradecer al Sr. Morrow por el interés que ha tomado sobre la cuestión Religiosa en México: interés, que se dice, es totalmente un asunto personal. Los Católicos de los Estados Unidos esperaban que el Gobierno Americano mostrara un cierto interés en el asunto, lo cual no ha sucedido. Los Católicos de los Estados Unidos en su relación con el Gobierno adoptaron tal vez maneras diversas a las de otras denominaciones religiosas, pero han sentido y sienten esta falta de interés."

Punto número dos:

"El Padre Burke, no tiene ninguna representación oficial. No podrá más que referir el éxito de la conversación a las autoridades competentes de las cuales solamente se espera que decidan (Santa Sede, Delegado Apostólico, Obispos Mexicanos). Pero la autoridad eclesiástica está informada de la propuesta del Sr. Morrow, y ha aprobado que el P. Burke sea portador de la misma.



PUNTOS A TRATAR ENTRE EL P. BURKE Y EL EMBAJADOR MORROW.

El lector, que le ha dado seguimiento a estas cartas reconoce que nos encontramos en un momento importante del encuentro entre la autoridad eclesiástica y el Presidente Calles, promovida por el Embajador de los Estados Unidos en México D. Morrow, por medio de un intermediario identificado como el P. Burke, hechos que se realizaron en enero de 1928.

Aquí el tercer punto a tratar:

"La invitación a conversar se ha aceptado con gusto para demostrar que de parte de la Autoridad Eclesiástica siempre hay la mejor disponibilidad para regularizar la situación: pero a) dados los antecedentes y, b) dada la gravedad de la situación en México, no se alimenta una excesiva confianza en el éxito final de la conversación:

a) Los antecedentes demuestran cuán poco se puede fiar de las promesas y compromisos del Gobierno Mexicano (Expulsión del Delegado Apostólico: Filippi, Cimino, Caruana y otros hechos).

b) La condición religiosa actual no podría ser más deplorable. Trece Obispos en el exilio, sin proceso. Iglesias, residencia episcopales y parroquias confiscadas. Prohibición de vestir el hábito eclesiástico. Prohibición de tener escuelas etc., etc.. La obligación de registrarse que no es más que una de las tantas disposiciones que manifiesta el ánimo hostil del Gobierno contra la Religión y no es verdad que se haya impuesto por "razones estadísticas". La gravedad de esta situación resulta más bien del hecho de que estas desagradables disposiciones fueron incorporadas en la "Constitución", lo que hace posible y casi un deber para Calles de continuar con la presente persecución o de iniciar una similar."

El cuarto punto señala lo siguiente:

"Los Obispos Mexicanos desean ardientemente regresar a la Patria y tomar la dirección espiritual de sus respectivas Diócesis. Pero tampoco quieren, ni pueden en conciencia, aparecer como culpables arrepentidos que se someten a la misericordia del Gobierno. Esto destruiría su prestigio al interior con daños evidentes a su ministerio espiritual y al exterior se creería que fueron culpables. El Sr. Calles podrá exhibir y exagerar cualquier acto aislado e imprudente que compra cualquier miembro del Episcopado Mexicano. Aunque sería fácil contrarrestarlo pues de parte del Gobierno hay una larga y sistemática serie de verdaderos delitos contra la libertad y la propiedad."

Finalmente en el quinto punto se cierra con lo siguiente:

"En conclusión la Autoridad Eclesiástica está dispuesta a conceder, dentro de los límites que la conciencia y el Derecho lo permitan, pero quiere de parte del Gobierno Mexicano no simples promesas verbales, sino algún hecho que garantice que el Gobierno tiene buena voluntad de armonizar la cuestión religiosa."

En la página 14 del citado archivo, viene una nota firmada del 27 de enero de 1928 por el Sr. Cardenal Gasparri (Secretario de Estado de Su Santidad) en la que aprueba su realización. Y con fecha del 5 de mayo aparece otra nota firmada por él mismo y enviada al Delegado Apostólico M. Fumasoni Biondi en la que le pide procurar corregir la falsa noticia de que el P. Burke asiste a México con autoridad pontificia.

DIVULGACIÓN PERIODÍSTICA DE LA POSIBLE REUNIÓN DEL P. BURKE CON CALLES.

El 15 de febrero, 1928, el Delegado Apostólico en los Estados Unidos de América, que vive 1811 Biltmore Street Washington, D.C., envía una carta al Secretario de Estado de S. Santidad sobre los siguientes temas: (p.17)

Manda el reporte sobre las tres conversaciones del Padre Burke con el Sr. Morrow en la Habana, los días 17, 18 y 19 de enero en la que, además de muchos otros asuntos, resulta interesante la descripción que hace del carácter de Calles, según la impresión del Sr. Morrow, y da una luz, en modo muy particular, de la situación:

"En esta conversación el Sr. Morrow le da a entender muy claramente al P. Burke que el no tiene ningún plan preestablecido para alcanzar algún acuerdo sobre la cuestión religiosa y que es más no había aún tratado abiertamente este asunto con el Presidente Calles.

"Si conviene por lo tanto que Morrow, regresando de la Habana a México, le propusiera a Calles una conferencia con el P. Burke, quien iría a México previo aviso del Departamento de Estado en Washington con todas las garantías necesarias.

"El Sr. Morrow, de hecho, no tardó mucho en telefonear al Sr. Olds del Departamento de Estado dentro de los primeros días del mes, para decirle que el Presidente Calles había aceptado la conversación con el P. Burke y se establecieron los arreglos necesarios. El P. Burke fue de inmediato enterado de ello, y se prepararon los pasaportes para él y su acompañante e intérprete el Sr. Montavon y se fijó el viernes 10 del presente como fecha de salida. Pero desgraciadamente la mañana del día 8, la noticia, que se había tratado de mantener en completo secreto, ya la tenía la prensa por medio del "Herald Tribune" de Nueva York: el P. Burke, invitado por Morrow, iba con autoridad pontificia a hablar con el Presidente Calles sobre la cuestión religiosa. Bastó esto para que Calles diera de inmediato una negativa pública de la noticia, tras una pregunta de un Diputado de México; poco después fue notificado el P. Burke por parte del Departamento de Estado que por el momento todo se suspendía. El P. Burke hizo investigaciones y supo que la noticia fue enviada a Nueva York por un corresponsal del "Herald Tribune", residente en la Ciudad de México, que alcanzó a saber del asunto. Cuándo se podría retomar este intento, eso no lo sabré decir: el P. Burke ha comentado la noticia diciendo que "el no sabía nada de nada y que no iría a México"; le he dicho que mientras tanto se mantenga en contacto de cualquier manera con el Sr. Morrow para darle seguimiento a la situación."

Hasta aquí el relato del Nuncio Apostólico, en el próximo artículo veremos un interesante intento de acercamiento con el General Obregón.




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Guillermo Dellamary

Guillermo Dellamary

Dr. Guillermo Dellamary Soy un psicólogo, filósofo, con más de 30 años de experiencia y buscando ayudarte a vivir tu vida de una mejor manera.

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