El Experimento de Milgram

En un cuarto estaba el sujeto del experimento, sentado frente a un complejo aparato mediante el cual tenía que aplicar una prueba a una persona que se encontraba en otro cuarto. Un actor, que pretendía ser uno de los psicólogos que realizaba el experimento, estaba sentado detrás de él en un escritorio, supuestamente tomando notas. Al sujeto se le decía que el objetivo era investigar los procesos de aprendizaje de la mente humana. Mediante un interfono el sujeto le haría las preguntas a los entrevistados sin poderlos ver, sólo los podría escuchar, y si las respuestas eran equivocadas debía administrar un shock eléctrico como castigo. Después debía volver a preguntar la misma pregunta hasta que el entrevistado diera la respuesta correcta. Cada respuesta equivocada haría aumentar la intensidad del shock eléctrico y si el entrevistado se equivocaba demasiado el shock podría llegar a ser mortal.

El experimento en realidad buscaba averiguar cuántos de los sujetos estarían dispuestos a administrar una descarga mortal por obedecer al falso científico que se encontraba en el cuarto con ellos, que representaba el papel de la figura de autoridad. Los resultados darían una idea del impacto que tiene la jerarquía sobre la psique humana y en qué medida la orden de una autoridad aparentemente legitima puede llevar al sujeto a cometer actos que en otras circunstancias le hubieran resultado inimaginables.

Escribe el propio Milgram: "Monté un simple experimento en la Universidad de Yale para probar cuánto dolor infligiría un ciudadano corriente a otra persona simplemente porque se lo pedían para un experimento científico. La férrea autoridad se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros y, con los gritos de las víctimas sonando en los oídos de los sujetos (participantes), la autoridad subyugaba con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio" .

El resultado fue que el 65 por ciento de los sujetos administró el shock mortal al falso entrevistado, a pesar de sus ruegos y suplicas.

El experimento de Millgram demostraba los peligros de la obediencia ciega a una estructura de poder y los resultados son alarmantes.

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