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Ignorancia y esclavitud

Ignorancia y esclavitud
Poder y engaño.

Serie: REFLEXIONES SOBRE PSICOLOGÍA POLITICA




"Todo lo que yo he dicho hasta aquí sobre los medios empleados por los tiranos para imponer la servidumbre sólo es ejercido sobre la gente ignorante", nos dice Etienne de La Boétie.

Menuda conclusión a la que llega este pensador, al indicar que el verdadero resorte y secreto que llegan a tener los hambrientos de poder y dominio sobre los demás. Las amenazas, los guardias, la policía, los vigilantes o cualquier método opresor son sólo una especie de espantapájaros. La verdadera razón es que el pueblo se ha convertido o es ignorante. No ve la realidad de que es ya un esclavo y ha perdido la audacia y el pensamiento crítico para oponerse a los abusos. Así, el verdadero poder que ejercen es el de aprovecharse de la corta visión de los demás y tan sólo convencer a unos cuantos pátiños y títeres que le acompaña como comparsa en sus fechorías.

Esos 5 o 6 cómplices logran someter a toda una población, gracias a que tejen sus abusos y maldades ante el desconocimiento de los demás, que acaban creyendo todas las barbaridades que les exponen, sin ni siquiera sospechar de las intenciones corruptas y esclavizantes. Mutuamente, entre ellos nutren su codicia, su avaricia, sus privilegios y protección. Eso es lo que ignoran los demás, por ello no sólo tiene que ver con la cultura o el nivel intelectual de los serviles sometidos. Sino que desconocen las arbitrarias y truculentas argucias para ejercer, egoístamente el poder y además convencer hipócritamente al pueblo de que están obrando de manera correcta.

Así concluye este punto La Boétie: "En resumen, los beneficios y favores recibidos del tirano hacen que se llegue a un punto en el que hay casi tantas personas a las que la tiranía beneficia como personas a las que placería la libertad."

Los tiranos acaban por encontrar la manera de someter a sus súbditos provocando un enfrentamiento unos contra otros, porque le apuestan a que las personas han perdido su capacidad de análisis y han doblegado su voluntad al poder y han perdido el rumbo de quién es el que posee la razón.

Así el pueblo ignorante y voluntariamente servil, ha entregado su libertad y sigue ciegamente las explicaciones y señalamientos del ventajoso tirano que aprovecha la ignorancia para salirse con la suya. Ha logrado que piensen lo que él quiere que piensen y le obedezcan con sumisa aceptación y sin chistar. De tal manera que incluso el pueblo se llegue a creer feliz y a disfrutar de su vida, sin darse cuenta de que vive como su esclavo. Hasta eso llegan a ignorar.

Por ello mismo los dictadores someten a su pueblo a una constante división, para evitar su unidad. Poniéndolos unos contra otros con cualquier motivo. Por lo que se provocan e inducen enfrentamientos entre distintos bandos, con tal de mantener la atención en ellos e ignorar así el poder que posee el tirano.

"No basta con que cumplan sus órdenes, sino que también se requiere que piensen lo que él quiere que piensen... Deben atormentarse, matarse en aras de sus intereses... Sacrificar sus gustos ante los suyos... Estar atentos a sus palabras, a su voz, a su mirada, a sus gestos", nos dice de la Boétie.

De ésta manera el pueblo seguidor desconoce estas manipulaciones y cooperan con su apoyo y sumisión, sin percatarse de que están fomentando la concentración del poder y por ende los abusos que le plazca. El pueblo no sabe evaluar las consecuencias de fortalecer a un tirano, al otorgarle su voto de confianza a una amo malvado como lo señala de la Boétie.

En realidad es difícil concebir que un dictador o tirano sean personas de bien, en el fondo son egoístas, narcisistas y poseídos por el síndrome de hubris, que trata de la embriaguez que provoca el poder. "En verdad, el tirano nunca ama ni es amado. La amistad es una palabra sagrada, algo santo. Solo existe entre personas de bien", dice de la Boétie, indicando que se mueven por intereses y conveniencias, aunque pueden desarrollar la habilidad de aparentar que son auténticas personas de bien. Tienen cómplices, no amigos. Quienes a su vez lo encumbran a un nivel de superioridad, rayando en la omnipotencia, en la cual ya no se sienten con el deber de cumplir las leyes o las normas, pues lo único que se debe ejecutar es su voluntad.

El pueblo no acusa al tirano de las maldades que le acontecen, porque el mismo se ha encargado de encontrar uno al que hay que echarle toda la culpa, así entonces la gente sufre por causas ajenas al gobernante y atribuye, por ignorancia, todo sus pesar a los que el tirano señala como culpables.

La ignorancia no sólo es sobre las ciencias y la cultura, sino sobre todo en la manera en que un gobierno dictador controla y manipula a sus fervientes seguidores, que no dan con la manera de saber cómo es que los han esclavizado y que además la sumisión que viven la aceptan voluntariamente, y hasta llegan a sentir una convicción de que han sido libres de elegir su propia prisión.

Este es uno de los mejores atributos de quien posee el poder y llega a convencer a sus súbditos de que obedezcan y lo sigan, sin tener un cuestionamiento y pensamiento crítico a lo que les ordenan o sugieren pensar. El dictador a dominado la mente de sus leales servidores, con sus ideas, justificaciones, explicaciones y señalamientos.

Es pues, el conocimiento y la revelación de la forma de proceder de los tiranos lo que ayuda a derrocarlos y así cortar la falta de conciencia y esclavitud que ha eliminado el sentido de libertad y justicia, que el pueblo bueno requiere para su desarrollo. Pues los gobernantes están para servir al pueblo y no éste a ellos.




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Guillermo Dellamary

Guillermo Dellamary

Dr. Guillermo Dellamary Soy un psicólogo, filósofo, con más de 30 años de experiencia y buscando ayudarte a vivir tu vida de una mejor manera.

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