La persecución a científicos llega hasta el WSJ

Y la persecución científica en México llega al Wall Street Journal (WSJ) bajo un severo encabezado: "Usa el sistema para perseguir a sus enemigos", se lee hoy en el prestigiado diario neoyorkino.

Y si así reza la cabeza, el texto no da cuartel: "Para el presidente mexicano, los científicos son como narcotraficantes de alto peligro que deben ser encarcelados en penales de máxima seguridad, en tanto que los sicarios siguen libres y provocando terror en cada estado del país".

La polémica levantada por la decisión del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador de girar órdenes de aprehensión contra 31 científicos e investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) ha hecho chuza a nivel internacional.

Varios son los medios de comunicación y especialistas que se han pronunciado con alarma por lo que llaman "persecución" contra la comunidad científica mexicana. Entre ellos, hoy se suman las críticas del WSJ, con su duro cuestionamiento sobre el uso del poder en México.

El texto es de David Luhnow, editor para América Latina, y menciona que López Obrador hizo estas acusaciones de crimen organizado y lavado de dinero debido a una eterna disputa que sostiene con los intelectuales mexicanos.

En su relatoría destaca, sin embargo, que la propuesta no ha hallado respaldo legal, ya que las autoridades judiciales han rechazado en dos ocasiones sus peticiones, pero, al parecer, López no se va a rendir, pues presentó una nueva queja para lograr los arrestos por el supuesto uso ilegal de aproximadamente 12 millones de dólares.

Luhnow relata que a pesar de las acusaciones emitidas desde Palacio Nacional, los miembros del comité asesor científico sostienen que no hicieron nada malo y que el gasto había sido auditado y aprobado, lo cual no fue suficiente para López Obrador, quien buscada enviarlos a la cárcel como si fueran peligrosos narcotraficantes.

"El gobierno busca retener a los científicos, que incluyen astrofísicos y microbiólogos, en una prisión de máxima seguridad donde se encuentran algunos de los narcotraficantes más notorios del país , entre ellos Joaquín "El Chapo" Guzmán. Si son declarados culpables, algunos de los académicos enfrentarían más de 80 años de cárcel", se lee en las páginas neoyorkinas.

Mediante el recuento hecho por el WSJ, CONACYT había desarrollado sus labores sin problemas desde su creación en 2002, pero esa buena relación con el gobierno se rompió en 2018, con López Obrador en el poder.

Desde el primer momento, dice Luhnow, se enfrentó a un reacio mandatario que siempre ha buscado generar un pleito a trasmano de la directora por él designada, la bióloga María Elena Álvarez-Buylla. Centrando sus cuestionamientos a si el financiamiento público de la ciencia debiera "ser apolítico o llevarse a cabo con el ámbito político y social".

A ese respecto, la profesora de derecho en la Universidad CIDE de México, Ana Laura Magaloni, entrevistada por Infobae, sostiene que las acusaciones son tan irracionales que "asustan a todos en México, porque podrían encarcelar a cualquiera".

Con relación a los gastos acusados de desvío y malversación, José Franco, investigador jefe del Instituto de Astronomía de la UNAM, sostiene que el gasto anual del CONACYT es auditado y aprobado todos los años, incluso bajo el gobierno actual.

"Siempre he estado a favor de la transparencia y la rendición de cuentas (...) Los informes financieros del comité son públicos y están disponibles en su sitio web. No obstante, el CONACYT ha optado por presentar cargos penales infundados, lo que dice mucho de su intención ", detalló.

Uno de los aspectos que más resalta el WSJ es la precariedad a la que ha llegado el CONACYT, el cual "tiene becas muy limitadas" para que los jóvenes estudien en el extranjero, pues para el gobierno actual, es mejor quedarse en el país y hacer artículos escritos en español o idiomas indígenas en lugar de inglés.

Por otro lado, esta lucha encarnizada contra la ciencia ha borrado del mapa la guerra contra el narcotráfico, problema que flagela cada vez más a la sociedad, pues no hay día en que no se registre un enfrentamiento, una masacre o algún delito relacionado con este tipo de crimen.

Sin embargo, en México los investigadores son más buscados que los sicarios, no obstante los crímenes que se les imputan sean equiparados o igual de graves —delincuencia organizada— y sin opción a fianza.

Varias figuras de relieve en México se han manifestado en contra de la persecución a científicos, entre los que destaca Enrique Graue, rector de la UNAM, el cual calificó los cargos de absurdos. Mientras que la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo—también científica y fiel al presidente—calificó de excesivas las medidas persecutorias. Y hasta el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, expresó "mi total solidaridad con la comunidad científica".

Concluye el WSJ: "Las acciones tomadas por López Obrador contra la comunidad científica no tienen razón de ser, aunque el presidente remarque que los miembros tenían demasiada influencia sobre los gobiernos anteriores para obtener dinero usado en lujos y viajes al extranjero".

"Fue una especie de chantaje y había que darles estos fondos (...) Y cuando eso desapareció, esa extravagancia, esos lujos, ese desperdicio, se quejaron de que no estamos invirtiendo en ciencia, que no nos importa la innovación tecnológica", fueron los dichos del presidente, los cuales seguirán siendo criticados pase lo que pase al final del camino.

Con información de Infobae y The Wall Street Journal.


Publicado en The Búnker.

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