LO DE HOY

La revocación, piedra en el zapato

La revocación, piedra en el zapato

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La revocación, a diferencia de otras mascaradas, ha resultado compleja de vender, imposible de explicar y contradictoria en sus términos, hasta convertirse en un posible tiro por la culata que quieren cargar en las cuentas del INE.

Cuando en tu defensa tienes que sacar al frente a Cuitláhuac García, supervisor de baños; Evelin Salgado y Alfredo Ramírez Bedolla, gobernadores de rebote por no saber presentar informes de ingresos y gastos de precampaña; y Layda Sansores, que no amerita ni presentación, entre otros, es que la cosa está que arde.

Les pasa a todos los presidentes, no es algo nuevo: ningunean a los gobernadores y presidentes municipales, y cuando necesitan de su apoyo político se dan cuenta —demasiado tarde— que castraron la fuerza de la Unión, léase de la estructura federal.

No es nada nuevo, pero en este casi sí diferente, porque los gobernadores solían ser políticos fogueados, conocidos y con cierto prestigio, al menos en sus tierras. Hoy son —al menos los del movimiento Morena— macetas en el papel de corcholatas usadas.

Pero es que la andanada que desataron por los ataques al Instituto Nacional Electoral (INE) rompieron todos los diques del poder.

Como se sabe la Corte le dijo al INE que se esperara a ver si se juntaban las firmas para llevar a cabo la revocación de mandato, y, hasta entonces, llamarse agraviado por la falta de presupuesto para llevarlo a cabo.

En el mismo sentido, el INE resolvió el viernes pasado, posponer todas las demás actividades del proceso revocatorio que no fuesen relativas a la recolección, verificación y cómputo de firmas solicitantes, hasta conocer, en su momento, lo que las autoridades jurisdiccionales competentes resuelvan en lo relativo a la ausencia de recursos para su verificación.

Chicanada, le llamó el padre del “Decretazo”, de las prorrogas de mandato (BC y SCJN) y de las consultas populares a mano alzada. Tras él, sus cruzados rasgaron sus vestiduras y cebaron sus resentimientos y odios contra los Consejeros Electorales y el INE todo. Pero respondió un Tsunami ciudadano en su defensa.

Fue entonces que a alguien se le ocurrió llamar a escena a los gobernadores de Morena, como si significasen algo, además de oprobio.

"La decisión del Consejo del INE atenta contra los derechos políticos consagrados en la Constitución, pareciera que a algunos de los consejeros les resulto más fácil explicar 'por qué no' realizar el ejercicio que encontrar 'cómo sí' poder garantizarlo", reza su documento.

Lo mismo podrían decirle a su bancada en la Cámara de Diputados que aplicaron al INE el “por qué no” y no el “cómo sí” en el presupuesto.

La verdad es que la revocación se le está convirtiendo al presidente en una crisis gratuita.

A diferencia de sus proclamas diarias, que van dirigidas a los fundados rencores y resentimientos sociales, y que son de una sancta simplicitas, llevadas casi a caricatura; la revocación —lo decíamos el viernes— tiene ya más vueltas que un queso Oaxaca.

Es un reclamo ciudadano para remover del cargo al presidente impulsado por sus huestes, funcionarios y siervos; pretende venderse como ratificación o, en su caso, defensa de la democracia, pero contradice el mandato de las urnas del 2018; se corre en plena crisis sanitaria, política, económica y alimentaria; se vende, ahora, como un precedente y arma para quitar a gobernadores que, felices e inconscientes, salen en su defensa. Y, para colmo, no se le asigna presupuesto por la fracción del movimiento en el gobierno para luego reclamar al responsable de su organización no buscarle el “cómo sí” al enredo, cuando se lo ha buscado, primero en la Cámara de Diputados y luego en la Suprema Corte y ahora posponiendo el entuerto hasta saber qué pasa.

Ello sin descontar las firmas. Lo primero fue romper las salvaguardas de la aplicación diseñada por el INE para abrir el expediente de mostrar cajas y cajas y cajas.

Cajas rellenas de Dios sabrá qué y que dificultan las tareas y costos del propio INE, tratando de generar en el imaginario popular millones de firmas entregadas y, en el INE, la imposibilidad de verificarlas en tiempo y forma.

Pero hasta los propios morenistas alzan una ceja cuando sale el tema a colación.

Las mesas otrora con interminables filas brillan por su ausencia, se obliga a padres de familia firmar en las escuelas, a los empleados públicos contra el recibo de nómina, a los empleados de los contratistas de obras faraónicas contra sus estimaciones y hasta a los padres de los niños con cáncer para ser recibidos con las manos vacías.

Algo no va bien, diría Tony Judt si viera a Layda y Cuitláhuac de paladines de la democracia.


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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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