López Obrador se vuelve a tropezar

Y el presidente se vuelve a tropezar … con él mismo.

Dice que si el INE no quiere hacer su revocación de mandato —caso único en el mundo de querer ser revocado— los ciudadanos la pueden hacer.

Habría que empezar por contestarle que el INE no se niega a hacer la revocación; fue la Cámara de Diputados y su mayoría morenista la que mañosamente se lo impiden al negarle el presupuesto requerido.

No hay un solo dato consistente que desmienta, hasta hoy, que el INE puede hacer el proceso en condiciones de legalidad y calidad con menos recursos de los solicitados.

Pero lo importante, es que el presidente vuelve a mostrar su terrible confusión y desprecio por la democracia.

Dice que, si el INE no se presta, los ciudadanos pueden llevar a cabo la revocación.

Pues habrá que decirle que quienes hacen la democracia son los ciudadanos.

Si el presidente cree que las elecciones las hacen los consejeros electorales, se equivoca.

Las hacen los ciudadanos votando; también integrando las casillas, recibiendo los votos, garantizando su autenticidad y seguridad, contándolos y llevándolos a latas horas de la noche a los Consejos Distritales.

Sí, esos ciudadanos a quienes insulta cada vez que revive fraudes jamás probados o reclama que la democracia nació con su elección.

Han sido siempre los ciudadanos quienes hacen las elecciones. Pero las hacen con reglas conocidas y respetadas, porque se trata de derechos ciudadanos que deben ser protegidos, garantizados y potencializados.

No de zócalos “democráticos” en donde solo uno habla y la masa aplaude.

La otra opción a la que puede referirse es a la revolución. Pero toda revolución empieza por destruir la democracia, la vida civilizada y los derechos de los más. Por su naturaleza es violenta, sanguinaria y en el camino injusta. La época del terror en Francia así lo acredita. Nuestra Revolución sufrió grandes sangrados antes de reencontrar la vía constitucional.

La democracia es un procesamiento civilizado y regulado de construir decisiones mayoritarias. Muy diferente a las hordas narcotizadas por el resentimiento.

Solo falta que le pida a los Siervos de la Abyección organizar su revocación.

Y conste que no estoy dando ideas.


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