LO DE HOY

Senadores al movimiento, no a legislar

Senadores al movimiento, no a legislar

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Al territorio por la revocación de mandato; hacer campaña, orden del Ejecutivo al Legislativo moreno.

La asistencia de Lorenzo Córdova a la plenaria de Acción Nacional incendió las redes del circuito morenista. Nada, se dijo, sin embargo, del contenido de su discurso. Simplemente fue ignorado.

Por el contrario, la asistencia del secretario de Gobernación a la plenaria de senadores morenistas fue motivo de encomio y amplia publicidad —propia de los adelantados tiempos sucesorios al interior de ese movimiento— y, dentro de ella, su discurso fue ponderado acríticamente.

Pero las palabras de Adán Augusto López en la plenaria senatorial morenista, a diferencia de las de Córdova en la general panista, son dignas de asombro y extrañeza.

Las plenarias parlamentarias son reuniones de fracciones camerales previas al inicio de un período ordinario de sesiones donde se actualiza y discute al interior del grupo los grandes temas a procesarse en cada Cámara del Congreso. Para ello se invitan expertos, se discuten escenarios y riesgos, y se fijan posiciones y estrategias.

Son, por supuesto, ejercicios partidarios de cohesión; pero para construir consistencia en agenda, argumentos y propósitos, todos del ámbito legislativo. Es decir, funcionales, si se considera que la función hace al órgano y mientras más pulida la función más fuerte y eficaz el órgano.

Más no en el mundo de los otros datos de Morena.

La cabeza del gabinete y nuevo héroe de la 4T, Adán Augusto López, no dedicó el mensaje central de su ponencia en la plenaria morena en el Senado a las labores y retos parlamentarios del próximo e inminente período ordinario, sino a otros menesteres, de suyos, contradictorios en múltiples sentidos.

“Creo, dijo, que hay que regresar al territorio. Sí (a) nosotros nos gustaría ver, sí —desde luego— en el debate en la cámara, en las cámaras a nuestros legisladores, pero hoy, reflexionemos si es tiempo de estar cerca de los ciudadanos, cerca de la gente (…) Vienen dos ejercicios, que yo creo que son buen momento para ello, para regresar a los territorios”.

Olvídense de parlamentar en el parlamento: nos basta con la maquinaria y el descontón, parece decir. Olvídense de la representación democrática y política de que están revestidos; Ignoren las atribuciones y obligaciones constitucionales inherentes. Lo importante —sin reflexión objetiva alguna posible— es “estar cerca de los ciudadanos”, “regresar al territorio”.

Cualquiera pudiera decir que les indicó el abandono de labores; “al diablo las instituciones”, a la calle, al movimiento, a la campaña. Eso sí, con dieta legislativa y demás apoyos para “legislar”.

Hasta aquí la primera gran contradicción. En una reunión para planear las estrategias parlamentarias, la estrategia es ir al territorio, abandonar el parlamento.

Pero, para qué.

Dice el responsable de la política interior, a cuyas manos, por cierto, quieren regresar la organización de las elecciones:

“Vienen dos ejercicios, que yo creo que son buen momento para ello, para regresar a los territorios”.

“Este movimiento se nutre, de eso, de estar en la calle, de estar en contacto permanente con los ciudadanos. Pues por eso se ganó la presidencia, por eso estamos, están quienes hoy son senadores aquí, porque con un liderazgo que el hoy presidente de la República vino construyendo desde la profundidad de las comunidades, de los territorios, pues pudimos articular y llegar con fuerza y se ganó la presidencia de la República y se ganó la mayoría en el Senado y en la Cámara de Diputados y se ganaron seis gubernaturas, en su momento”.

Se refiere al movimiento —Morena—, al presidente —al que había que quemarle incienso de rigor— y a los triunfos —para generar espíritu de grupo—. Cualquiera esperaría que esta inducción arribaría a la materia propia del Senado: legislar. Pero no, no en Morena.

“Y ahora se acerca —sostuvo el funcionario— el ejercicio de la revocación de mandato, que es buen momento para que ustedes regresen al territorio a hablar con la gente, a difundir el trabajo legislativo y a escuchar qué es lo que se está necesitando allá abajo”.

Y aquí otras contradicciones más. Por sobre el período ordinario la revocación de mandato como agenda.

Regresar al territorio a difundir el trabajo legislativo, no a hacerlo.

A escuchar a la gente, pero solo sobre la revocación de mandato.

Dice Adán Augusto, en otra parte de su intervención que “se necesita que haya unidad entre quienes estamos en casa, quienes somos parte de este movimiento, que no es un movimiento improvisado”. Unidad, pero en el territorio y para la revocación.

Pero, la propia ley legislada por ellos impide a los partidos participar como tales en forma alguna en la revocación, que es, por su naturaleza, un proceso ciudadano, no partidista.

Y la contradicción máxima: la revocación es para remover del cargo al presidente de la República y lo que instruye a los senadores del movimiento del presidente es que abandonen sus tareas legislativas para ir a promover se remueva del cargo a un presidente emergido de sus propias filas.

Unidad para echar para abajo un triunfo en las urnas, es lo que Adán Augusto, pidió ayer a los morenos senadores que aplaudieron de pie la encomienda.

El otro evento al que se refería son las elecciones de gobernadores y otros cargos locales en estado este año. Al territorio a hacer campaña es la tarea, no legislar.
Menudo va a ser el lío metiendo a los senadores en los proceso locales. Baste ver ayer la rechifla y hasta peligro en que estuvo el líder nacional de Morena en Durango.

Lo demás fue llamar a la unidad dentro de una fracción fraccionada desde el propio poder por luchas sucesoria y vendettas de jauría.

Pero, a diferencia de Córdova, Adán Augusto cortó oreja y rabo en ese mundo extraño llamado 4T.

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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