Del duelo a la muerte
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El velorio discurría en el silencio del duelo, una música vecinal se colaba a la casa de los deudos en San José de Gracia, Michoacán, donde los presentes desbordaban hasta la calle su pésame, cuando dos camionetas blancas arriban al lugar, de los presentes ponen contra la pared a más de diez y los fusilan.
Un video casero capta la dantesca imagen, una nube de pólvora cubre los cuerpos acribillados, cuando el viento la despeja sólo quedan cadáveres amontonados sobre la banqueta. Las camionetas se retiran como llegaron. Solo la música pervive.
El narcotráfico, se dijo y se supo, se enseñoreó en las últimas elecciones. Hoy fusila a plena luz del día.
La Guardia Nacional organiza desfiles motorizados que pueblan las primeras planas de los medios nacionales, pero tras su paso, el crimen organizado retoma en propiedad los territorios bajo su poder.
La fiscalía de Michoacán no ha proporcionado información oficial de lo ocurrido; San José de Gracia, Michoacán, colinda con Jalisco, en una zona donde dos de los Estados más violentos de México son territorio en disputa por dos poderosos cárteles.
Contra el silencio de la fiscalía, el video y su horror ha circulado varias veces el mundo, que ni en Ucrania ve estas escenas.
Al momento solo se sabe por algunos medios locales indican que el número de muertos puede alcanzar hasta 17 personas.
El escenario es un callecita de pueblo, de casas bajas y tejados rojos, arbolado, repleto de automóviles, los de enfrente de la casa con las puertas abiertas. A pleno sol.
En México ya ni los sepulcros hallan paz, cuando se trata de ajustes de cuentas entre el crimen organizado al que se combate con abrazos.
Las camionetas se detienen sobre el arrillo de la calle, cortan el acceso y se oyen tiros gritos y tiros aislados. Le siguen detonaciones concentradas sobre los fusilados. La muerte se abre paso en su espiral de sangre, abrazos y balazos en un México donde las masacres se niegan con risa burlona.
Con promedios de 100 muertos por día, la carnicería en México adquiere características y estadísticas de país en guerra. Solo le faltaban pelotones de fusilamiento. Ya no.
Carteles Unidos, Jalisco Nueva Generación, Caballeros Templarios y muchas otras bandas criminales siembran su teerror y riegan sangre de inocentes en el bello Estado de Michoacán, donde maestros y normalistas toman vías de comunicación y secuestran autobuses y ferrocarriles a discresión. La exportación de aguacate a Estados Unidos se cancela intermitentemente por amenazas y extorsiones a agentes de la Food & Drug vecina.
Michoacán es también tierra de autodefensas, civiles armados para sofocar en la medida de lo posible la amenaza del narco, pero que, a la postre, no ha hecho más que continuar las masacres.
No han faltado episodios de cabezas cortadas en las discotecas, de hombres acribillados colgados de los puentes, como se sucede casi con cotidianidad en Zacatecas.
Vendrán las explicaciones y las acusaciones al pasado y quienes se oponen al cambio de un gobierno que ya transitó más de la mitad de su sexenio. Pero las masacres no callan.
Con información de Carmén Morán Beña de El País.
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