Popularidad

Por Luis Farias Mackey Feb 28, 2022

Percepción, no acción.

Popularidad. — La popularidad es una percepción compartida, las más de las veces enajenante, alienada y pasional. Pero no es una acción. Ser popular puede ayudar a convencer y convertir voluntades, pero no necesariamente a moverlas a la creación e, incluso al sacrificio o —si se quiere más matizado— a la responsabilidad compartida. Lo que hace al Estado es la acción conjunta efectiva convertida en un vector de voluntades en unidad. Ser popular y gobernar podrán ser simbióticas, pero no sinónimos. Gobernar viene de gobernalle, timón: guiar, llevar, dirigir; por supuesto decidir y responder de sus decisiones. Verbos todos que implican movimiento, rumbo, destino, riesgo. Gobernar es mover a muchos hacia algo; no ser aplaudido, venerado o adorado, sino eficiente y eficaz. Por eso gobernar no se mide por popularidad, sino por resultados.

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Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.