LO DE HOY

Morena, sin estrategas

Morena, sin estrategas

Foto Copyright: López Dóriga Digital

Mario Delgado asumió su papel de movilizador en combi, no de estratega en cuarto de guerra.

Bien lo dijo Napoleón: en el campo de batalla vale más un capitán que tres mariscales. La diferencia es de perspectiva.

El capitán tiene que resolver el aquí y el ahora, en estado de emergencia, donde la acción y la reacción mandan y cambian de instante a instante, y lo importante es salvar la vida de los suyos e infringir el mayor daño al enemigo.

El mariscal, en cambio, establece, sigue, valora y resuelve una estrategia general de frentes varios bajo una perspectiva de largo aliento y horizonte. Sus resultados no son instantáneos y dentro de sus cálculos juegan los muertos que sus planes van a cobrar. Su horizonte es de varios frentes y los insumos que debe considerar no solo son los propios, sino los ajenos, incluso los de las partes no en pugna, y no únicamente los militares: económicos, sanitarios, alimentarios, de propaganda, espionaje, sabotaje, orográficos, climáticos y todo lo que encuentre a su favor o en desfavor del contrario.

Pero imposible que Mario Delgado sepa de Napoleón y menos de estrategia. Por eso asumió su papel de movilizador con todo y combi.

En lugar de estar en el cuarto de guerra dirigiendo las acciones a nivel nacional, al tanto de todos los frentes de batalla, se puso a acarrear militantes cual borregos.

¿Cuántos pudo haber acarreado en todo el día en su triste papel de activista de campo: ¿cien, ciento cincuenta? Que le paguen por acarreado y se vaya mucho a Palenque.

¿Alguien ha visto control de daños hasta ahora?

Dicen que todo fue para medir el músculo organizativo de Morena. En Delgado tienen la respuesta: acarreador en vez de líder y estratega.

No, la culpa no fue del INE, como tampoco lo fue cuando Delgado no presentó los reportes de ingresos y egresos de la precampaña del Salgado Macedonio.

Se lo dijo Bernardo Aguirre a Echeverría: “No le pongas el cencerro a un becerro, te va a extraviar la manada”. Y Sonora le dio la razón.

PS. No contar con estrategia te lleva, además, a cometer delitos electorales por ignorancia.

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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