Excusa Loret

Entrelazando

A casi un año de la elección presidencial las arengas del inquilino de Palacio, de conservadores, aspiracionistas, hipócritas y neoliberales para justificar sus “faltas” se han quedado en el recuerdo de las mañaneras; hoy, la excusa se llama: “y Loret”, frente a cualquier planteamiento que exhiba o ponga en duda a su gobierno y a sus hijos en el terreno de la corrupción, de la impunidad y el tráfico de influencias para defender lo indefendible.

Pero por más argucias en contra de Loret para desviar la atención su imagen corporal lo desnuda: al proyectar un rostro duro, encogiendo sus hombros, balanceando su cuerpo hacía atrás, balbuceando y con una sonrisa forzada, muestran su enfado y su molestia, ante una realidad que muestra de que está hecho: Cinismo.

Y con ese rostro encara el último tramo de su gobierno.

Obliga una vez más a sus vasallos legisladores a que aprueben las iniciativas de ley que le interesan y los premia saludándolos por su ser tan obsequiosos a su mandato.

En ese contexto se toma la foto con sus corcholatas para mandar el mensaje a sus súbditos: quién manda en el proceso del 2024.

Pero esta comunicación política que exhibe el tabasqueño va más allá de sus huestes morenistas, y manda un mensaje a la población que no comulga con él: mostrarse como el dueño del país.

En otras palabras la foto de Palacio Nacional, no solamente hace alusión al priismo añejo, sino también presenta una imagen donde el jefe de jefes es el líder de los cuatreros. Y,

Por tanto, no hay más opción para México, en su óptica: que la 4t, porque somos la Ley.

Bajo esa lógica, encubre su perversidad política, ese viernes negro a sabiendas de que sus iniciativas de ley no cumplían con el protocolo parlamentario y sea motivo de anulación por parte de la Suprema Corte; hace de una decisión legal, en contra, un motivo de arenga política para descalificar a la Corte, ya que su objetivo es muy claro: denostar a los ministros de la Corte por oponerse a la voluntad del pueblo sabio.

El manotazo de López Obrador es allanar su camino de imponer su ley, es decir, la ley de la impunidad para que su corcholata seleccionada se maneje sin ataduras al igual que el aparato gubernamental federal y estatal, antes y durante el proceso electoral del 2024, para la elección presidencial, el Congreso de la Unión, gobernadores, legisladores locales y presidentes municipales.

Su apuesta es tener carro completo, como en los tiempos del PRI hegemónico y someter a la oposición.

Sin embargo, la realidad Loret, lo persigue a diario, al desdibujarlo y presentarlo como un personaje que combina el hambre y la necesidad, no solamente por centralizar el poder en su persona, sino mostrando sus carencias morales y su falta de decoro público, como fórmula para engatusar a sus seguidores y a los ingenuos que aplauden su probidad.

Pero esta balconeada que realiza Loret, se suma al nerviosismo que le provoca la elección del Estado de México, ya que su candidata por más que la inflan las encuestas, está en duda su triunfo electoral.

El resultado de la elección a favor o en contra, adelantara los tiempos del tabasqueño para designar a su corcholata.

Perder le significa ahondar su imagen de autócrata, al verse flaco ante sus seguidores y provocar escepticismo en sus aplaudidores, obligándolo a violar cualquier resquicio de ley, para mantener vivo su proyecto de la 4t.

Ganar sería engrandecer su ego de jefe de jefes.

Pero el factor Loret lo puede descarrilar.

Ya se verá.


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